Por Macarena Candia, Analista de Cultura en Ciberseguridad de Cybertrust Latam
En la era digital actual, la ciberseguridad se ha convertido en una necesidad constante. Los días especiales como los Cyberdays, en los que se incrementa el comercio electrónico, nos recuerdan la importancia de proteger nuestros datos y sistemas. Sin embargo, la ciberseguridad no debería limitarse a estos eventos específicos. La cultura de ciberseguridad debe ser una práctica diaria, integrada en todas las actividades y procesos de una organización.
Durante los Cyberdays, las empresas suelen implementar medidas adicionales de seguridad para protegerse contra el aumento de ataques cibernéticos. Estas medidas incluyen actualizaciones de software, auditorías de seguridad y campañas de concientización para los empleados. Sin embargo, concentrar estos esfuerzos únicamente en períodos de alta actividad puede crear una falsa sensación de seguridad. Los ciberdelincuentes no se toman vacaciones y están activos los 365 días del año, buscando constantemente vulnerabilidades que explotar.
Un ciberdelincuente puede preparar su obra maestra, solo por poner un ejemplo, meses antes del Cyberday, para identificar las brechas, desarrollar la modalidad de ataque adecuada y dar continuidad al hecho por mucho tiempo más. El Cyberday es la puerta de entrada, ya que los ciberdelincuentes están constantemente buscando maneras de estafar a sus víctimas, sobre todo en ocasiones donde pueden sacar provecho de la publicidad y las ofertas, como pasa en los Cyberdays, donde se abren nuevas brechas para poder realizar diversos tipos de ataques. Por eso es importante conocer cuál es la mejor manera de mantenernos seguros ante estas amenazas, si aprendemos esto podemos aplicarlo durante todo el año.
En este sentido, es clave desarrollar una Cultura de Ciberseguridad 365. Para esto son fundamentales cinco aspectos. Primero, la formación y educación en ciberseguridad continua. Todas las personas necesitan estar al tanto de las últimas amenazas, riesgos y mejores prácticas no solo durante los Cyberdays, sino todo el año. Programas de cultura en protección de datos constantes pueden ayudar a mantener este conocimiento fresco y relevante, ya que, al adquirirlo mediante entrenamiento, también pasa a ser aplicado en su vida personal y en su entorno.
En segundo lugar, están las políticas y procedimientos actualizados. Las políticas de ciberseguridad deben revisarse y actualizarse constantemente para adaptarse a nuevas amenazas y tecnologías. Esto incluye desde políticas de contraseñas hasta protocolos de respuesta a incidentes.
Tercero, el monitoreo y respuesta proactiva. La vigilancia continua de las redes y sistemas es esencial. Las empresas deben implementar soluciones de monitoreo que detecten y respondan a amenazas en tiempo real, minimizando el impacto de posibles ataques.
Cuarto, fomentar una cultura donde cada colaborador se sienta responsable de la seguridad de la información es crucial. Esto implica promover comportamientos seguros, como el uso adecuado de dispositivos y la gestión segura de datos.
Y, finalmente, simulacros y evaluaciones regulares. Realizar simulacros de ciberataques y evaluaciones de seguridad regularmente ayuda a identificar debilidades y a mejorar la preparación de las personas y la organización frente a incidentes reales.
Adoptar una cultura de ciberseguridad continua no solo protege los activos digitales de la empresa, sino que también mejora la Reputación, ya que una empresa conocida por sus robustas prácticas de seguridad es más confiable para clientes y socios; refuerza el cumplimiento Normativo, reduce los riesgos y mejora la resiliencia.
La ciberseguridad no es un esfuerzo esporádico; es el desarrollo de una cultura. Aunque los Cyberdays nos recuerdan la importancia de protegernos, debemos adoptar un comportamiento en protección de datos cotidiano. Solo así podremos construir un entorno digital seguro y confiable para nuestras empresas, clientes y la sociedad en general.
Equipo Prensa
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