En Chile, como muchos otros países, nos vemos enfrentados a una importante crisis hídrica producto del cambio climático, lo que conlleva a la imperiosa necesidad de tomar medidas para aminorar el impacto causado. Según el último estudio de World Resources Institute (2019), 164 países se encuentran en alerta hídrica a distintos niveles y Chile lidera la primera posición en el segundo segmento “estrés hídrico alto”, ocupando el puesto #18 del ranking.

En relación con lo anterior, el estudio Transición Hídrica: El futuro del agua en Chile (2019), desarrollado por Fundación Chile, analizó las principales causas de esta problemática, indicando que el 44% obedece a fallas en la gestión del agua y su gobernanza; 17% es ocasionado por el aumento de la demanda productiva y el sobre otorgamiento de derechos de aprovechamiento de aguas; 14% por la contaminación del agua como el uso de productos agroquímicos, pasivos mineros y concentración de contaminantes; 12% por la disminución de la oferta; 6% por daño ambiental; 5% por desastres naturales y 2% por otras causas como aumento del costo de energía.

El análisis de estas cifras pone sobre la mesa dos posibles escenarios para el 2030: uno sustentable producto de la toma de conciencia y adopción de medidas y estrategias que hagan frente a esta situación, y otro con efectos catastróficos si no se hace nada al respecto.

La buena noticia es que hoy la industria cuenta con múltiples alternativas para abordar este desafío y no todas implican importantes gastos operativos que incrementen los costos operacionales, haciendo inviables los proyectos.

 

Mejorando el management de grandes sistemas hídricos usando concepto de 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar)

Ante la necesidad de verter efluentes líquidos contaminados, generalmente las compañías contactan a otras expertas para solicitar el diseño e implementación de plantas de tratamiento de efluentes que les permitan trabajar con índices más sustentables, lo que conlleva a altos gastos en inversión y operativos, pero ¿por qué no dar un paso atrás y analizar el problema causante de dicha contaminación?

Dar una respuesta a esta necesidad es lo que realiza el enfoque de “solución óptima” ofrecido por Black & Veatch, multinacional de ingeniería e innovación en infraestructura sostenible presente en nuestro país desde 1993. Con este innovador software hoy las empresas mineras -y otras donde existen grandes complejos de reciclo de aguas- pueden modelar matemáticamente sus plantas, determinando los balances de agua y de iones presentes en todos las corrientes del sistema, lo que les permite tomar acciones asociadas al manejo de aguas y aminorar sus costos.

“En términos sencillos nuestra solución buscar “ordenar un poco la casa”. Antes de tratar un efluente con desarrollos de ingeniería al final de la línea nos preocupamos por reducir sus niveles de contaminantes, lo que implica, en consecuencia, la limpieza de todo el sistema aguas abajo y, en ciertos casos, basta tomar acciones como optimizar la dosificación de reactivos que reportan al agua de procesos, reduciéndolos o sustituyéndolos para solventar el problema”, destaca Pamela Alhucema, Water Management Lead de Black & Veatch.

La ejecutiva enfatiza en que este sistema es aplicable, de preferencia, a grandes y complejos circuitos industriales que se alimentan de diversas fuentes de agua (como en minería, celulosa, petroquímica, entre otras) y que poseen una elevada tasa de recirculación del recurso ya que, para hacer el estudio completo, el mismo debe “jugar” un poco con las distintas alternativas a fin de poder determinar la solución más viable.

No obstante, la “solución óptima” no solo ayuda a reducir costos y sumar sustentabilidad a los sistemas hídricos, sino que también sirve como herramienta de diseño para futuras mejoras en los procesos (servicio posterior que también puede ser ofrecido por Black & Veatch) y capacitación interna para trabajadores ya que, al tener información sobre el impacto de las decisiones operacionales sobre la  de las aguas de proceso y efluentes, se podrá entonces hacer un llamado de conciencia en cuanto al correcto uso de sustancias químicas en los procesos o uso correcto del agua desperdiciada.

Para finalizar, Pamela añade que “sin duda la situación hídrica de nuestro país es preocupante, pero como proveedores líderes de la industria estamos comprometidos con ayudar a las empresas a implementar las alternativas que mejor se adapten a sus condiciones en pro de alcanzar juntos una mayor sustentabilidad ambiental, y sin duda la implementación del concepto de las 3Rs que nos invita a reducir, reciclar y revalorizar es a lo que apuntamos con esta solución”.

 

 

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