El prolífico avance de los grandes volúmenes de información, no sólo vienen impactándonos como sociedad, sino que también cambiaron radicalmente a las organizaciones, sin importar las industrias y el tamaño. En definitiva, son cada vez más las empresas que se suman al modelo Data Driven. Y, como es de esperar, las grandes compañías tecnológicas como Amazon, Netflix, Google o Apple son las que llevan más ventaja en esta cultura y sirven como claro ejemplo de lo eficaz que puede ser basar las decisiones de la empresa en los datos.
Se piensa que esta forma de llevar adelante organizaciones solo se puede dar en campos de tecnología o bancos y finanzas, pero la realidad es que muchísimas empresas de diferentes rubros ya adoptaron este método en su cotidianeidad. Sectores como salud o marketing y publicidad son claros ejemplos donde la cultura Data Driven abunda.
Hablando de información, es claro entender que las cifras hablan por sí solas. Según Mckinsey Global Institute, las organizaciones basadas en datos tienen 23 veces más probabilidades de adquirir clientes, 6 veces más probabilidades de retener clientes y 19 veces más probabilidades de ser rentables
A pesar de que cada vez más organizaciones y sectores se centran en los datos, hay mucha confusión. Es importante tener presente que ser Data Driven no es un proceso que se logra de manera inmediata y no tiene una única receta. Desarrollar este enfoque empresarial basado en datos depende siempre de la madurez de la organización y de los datos que se manejen. Data Driven no es solo un proceso tecnológico, implica y necesita del involucramiento de todas las áreas de la organización.
A fin de cuentas, una cultura basada en datos se centra en entender el ciclo de vida de los datos, ver cómo se gestiona y gobierna ese ciclo de vida de manera eficiente y efectiva, de manera que la organización pueda organizar, habilitar/democratizar los datos para que sean consumidos e impulsar de esta forma las actividades de una manera óptima, desde su recolección y análisis hasta su aplicación en la toma de decisiones. Aunque el proceso de implementación de esta cultura varía según la madurez de la organización y los datos que se manejan, las empresas que siempre adoptan este enfoque no tienen casi margen de error.
A diferencia de las organizaciones tradicionales que toman sus decisiones guiadas por la intuición, las emociones, opiniones propias o la experiencia, las empresas que deciden abordar un ecosistema Data Driven siempre toman sus decisiones basándose en datos, esto implica usar datos para comenzar, continuar o concluir el proceso de decisión. Así, los datos se transforman en la materia prima para la organización y son ellos los que dan los resultados.
Las 5 fases que atraviesa una organización para llegar a tener una gestión basada en datos y convertirse en una organización Data Driven
Citando a Christopher S, Penn, las empresas necesitan tiempo para transicionar desde su reticencia a las gestiones basadas en datos, hasta entender y capitalizar su valor.
Fase 1: Resistente a los datos (Data-Resistant)
Acá la empresa no utiliza los datos para ningún objetivo. A veces revisa reportes de investigación para orientarse, pero no para tomar decisiones.
Fase 2: Datos curiosos (Data-Curious)
En esta segunda fase, la empresa ve y analiza la oportunidad para integrar y utilizar datos para mejorar sus procesos.
Fase 3: Reconocimiento de los datos (Data-Aware)
Para esta fase, la organización incorpora la data recolectada de sus procesos internos y comienza a utilizar el análisis de datos para la toma de algunas decisiones.
Fase 4: Experto en datos (Data-Savvy)
En la cuarta fase, la organización empieza a consolidar el análisis de datos en diferentes áreas de trabajo porque se nota su relevancia y se destaca su eficiencia en el logro de los objetivos.
Fase 5: Basado en datos (Data-Driven)
Finalmente, el negocio utiliza los datos como un activo principal para la toma de decisiones informadas y analíticas: planificación estratégica, establecimiento de objetivos, así como predicción de riesgos y amenazas.
Para llegar a esta última instancia es clave que todos los que integran la organización comprendan que los datos toman ese protagonismo, además de promover una cultura acorde. Como también, fomentar e implementar aquellos procesos que permitan reflejar cómo las personas colaboran para afrontar los objetivos propuestos. Y, sin dudas, considerar la tecnología como habilitador, que permite acelerar los procesos.
Sin dudas, la cultura basada en datos agiliza, previene y nos adelanta en una realidad en la que la precisión supera a la mera intuición. Aunque siempre es bueno considerar, como en todo proceso tecnológico, las capacidades humanas son las que terminan potenciando y sacándole jugo a estas herramientas.
Equipo Prensa
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