La reciente crisis eléctrica en Chile ha puesto de manifiesto la urgencia de robustecer nuestra matriz energética. Con apagones y fluctuaciones en el suministro, los ciudadanos han sentido de cerca las consecuencias de una dependencia excesiva en fuentes de energía que no siempre garantizan la estabilidad. En este contexto, es fundamental que las empresas del sector energético se replanteen sus estrategias y busquen integrar innovaciones tecnológicas, como la Inteligencia Artificial (IA), en sus operaciones.
La IA tiene el potencial de transformar la manera en que generamos, distribuimos y consumimos energía. A través del análisis de datos en tiempo real, es posible optimizar la gestión del consumo, prever pick de demanda y mejorar la eficiencia en la producción. Además, la implementación de sistemas inteligentes puede facilitar la integración de energías renovables, permitiendo que fuentes como la solar y la eólica desempeñen un papel más protagónico en nuestra matriz.
Sin embargo, para que estas tecnologías cumplan su promesa, es necesario que las empresas inviertan en infraestructura y capacitación. La transición hacia un modelo energético más sostenible y resiliente no sólo depende de la implementación de nuevas tecnologías, sino también de la formación de profesionales capacitados que puedan gestionar y mantener estos sistemas.
Chile tiene la oportunidad de liderar una revolución energética que combine sostenibilidad e innovación. Invito a las empresas del sector a actuar con proactividad y responsabilidad, robusteciendo su matriz energética mediante la incorporación de la Inteligencia Artificial y otras tecnologías emergentes. Solo así podremos garantizar un futuro energético más seguro, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
Rodrigo Prado
Experto en Inteligencia Artificial y Estrategia Digital de la Universidad de Columbia.