Nueve de cada diez despidos donde se invoca la causal “necesidades de la empresa” son declarados injustificados. Los motivos son varios, entre ellos, que el empleador no acredite la existencia de la real necesidad de reducir su dotación, que se cumplan las formalidades legales del proceso o que, simplemente, la carta de notificación no cuente con la información necesaria y requerida para argumentar el motivo de la desvinculación.

Como consecuencia de la situación económica del país, la Dirección del Trabajo informó que durante el 2023 se ha registrado un incremento en las desvinculaciones del 20,7% respecto al 2022. Lo que se traduce en un aumento en los litigios laborales y, finalmente, un alza en los casos donde se pone en entredicho la necesidad de la empresa como un mecanismo eficiente para terminar la relación laboral.

Actualmente, se discute en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca la modificación del artículo 161 del Código del Trabajo, el cual regula la causal de despido por necesidades de la empresa, siendo esta la única causal legal que tiene el empleador para dar curso a una desvinculación, dado que los otros motivos tienen directa relación con el comportamiento del trabajador, eximiendo al empleador del pago de a indemnización, tal como lo indica el artículo 160 sobre “alguna de las conductas indebidas de carácter grave, debidamente comprobadas” tales como, falta de probidad en el desempeño de sus funciones; conductas de acoso sexual, entre otras.

Las alarmantes cifras hacen un llamado urgente a implementar cambios mucho más profundos, tanto de forma como de fondo, sin excluir el objeto de esta ley, que es el principio de la estabilidad del empleo, algo que expresé en mi participación durante el mes de junio en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.

En definitiva, la modificación del artículo 161 es una idea positiva, necesaria y pertinente por los años que han transcurrido desde su promulgación, pero que requiere de bastantes mejoras no sólo para que sea aprobada, sino también para que este proceso tenga un impacto positivo en tanto para empleador como trabajadores.

Por lo pronto, será fundamental incorporar criterios que den sentido a la norma; por ejemplo, que la causal sea respaldada de forma objetiva o con evidencia externa al empleador, más allá de lo que este demuestre en un papel. De lo contrario, no será extraño que comencemos rápidamente a ver un aumento explosivo de otras causales, para así evitar incurrir, precisamente, en las modificaciones que se van a incorporar.

Otro punto relevante contenido en el proyecto de ley es la modificación del porcentaje de recargo que, actualmente es del 30% y se busca aumente al 100% lo que no presenta mayores problemas. Sin embargo, es necesario armonizar esta propuesta con relación a los recargos que tienen las otras causales por despido, lo que evitaría incongruencias como que a una persona le sea más conveniente que la despidan por robo, con un recargo del 80%, a que la despidan por necesidades de la empresa que tendría un recargo del 100%

Cabe destacar que aún existen modificaciones relevantes que no fueron consideradas en este proyecto, como, por ejemplo, el despido de trabajadores que cuentan con menos de un año de antigüedad, quienes quedan fuera de la protección a la hora de ser despedidos injustamente, bajo la causal necesidades de la empresa.

Aún es tiempo de afinar detalles que permitan ejecutar una actualización robusta del artículo 161 del Código del Trabajo y, que, a la vez, respalde tanto al empleador como a los trabajadores.

Rodrigo Valdivia, abogado de grupodefensa.cl

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