Con su implementación, las organizaciones pueden validar rápidamente hipótesis de negocios en los proyectos, para mejorarlos o desecharlos.
Hay indicadores que muestran que usando metodologías ágiles los proyectos en las organizaciones fallan menos. Así lo indicó David Sciaraffia, quien es especialista en el manejo de prácticas Lean, Agile, ITIL, y DevOps, y tecnologías habilitantes de la transformación digital, en el foro DevOps una cultura, no una moda, que realizó la unidad de Educación Ejecutiva (UEjecutivos) de la FEN U. de Chile, en el marco del lanzamiento del diplomado en Adopción e Implementación de la Cultura DevOps.
En esa línea, Andrés Aranda, quien también participó en el encuentro y cuenta con experiencia en metodologías ágiles, Scrum, Kanban y XP, en el rol de Scrum Master, head of DevOps, añadió que un número importante de empresas han comenzado acelerar el uso en metodologías ágiles, y DevOps, comenzado a vivir su implementación como parte de la cultura de empresa y no como un evento pasajero.
“Hay muchas empresas que dicen: ‘nos migramos a la nube, porque la lleva’, pero no se explica el por qué se está moviendo hacia allá”, señaló Sciaraffia. Hay otros, en cambio, compran software, pero siguen operando con procesos antiguos, aseguró, lo que hace que se genere más trabajo en poder adoptarla. “Cuesta cambiar procesos, prácticas (…), el motivo es porque estamos enfocados en la herramienta, pero no en el proceso”, añadió.
Ante la búsqueda de las organizaciones por mejorar la estrategia de gestión, para entregar soluciones rápidas que generen valor, en cumplimiento de los objetivos estratégicos del negocio, DevOps surge como una alternativa, al acercar las áreas de desarrollo de software y operación TI.
El término combina las palabras «development» (desarrollo) e incluye, como parte del proceso, la fase del plan, la generación de código, la construcción y prueba; para pasar a la parte «operations» (operaciones), en donde se trabaja en el lanzamiento, despliegue, operación y monitoreo.
En otras palabras, DevOps corresponde a un conjunto de prácticas que trabaja en aspectos como la cultura, la automatización y el diseño de plataformas, con el fin de generar valor en los negocios, aumentando la capacidad de respuesta de las organizaciones. Esto es posible, gracias a la rápida y constante prestación de servicios TI y la integración de aplicaciones nuevas y antiguas.
Uno de sus principales beneficios, es que las organizaciones pueden validar rápidamente hipótesis de negocios en los proyectos, con trabajo iterativo y equivocándose rápido, para mejorarlos o desecharlos, destacó Sciaraffia.
Aranda sostuvo que DevOps “se ha transformado en un habilitador de valor. Es capaz de cambiar lo que hay en la organización y mostrar cosas que estamos haciendo mal”.
Este proceso de cambio ayuda a entender que los problemas de la organización, si no se solucionan se van arrastrando. Por lo mismo, “si soy capaz de ver más allá, de entregar más valor, porque entiendo los objetivos, los KPI, lo que estoy haciendo le pega al negocio, y entiendo que existe un problema y puedo buscar soluciones, hace que las empresas anden mejor. Y eso te motiva a seguir creciendo”, señaló Aranda.
Cuando empiezas a trabajar con DevOps, un elemento importante a considerar es la cultura organizacional. Su implementación debe venir acompañada de cambios profundos en el clima laboral, en cómo piensan los trabajadores, en la formación de un equipo que sea colaborativo; así como también cómo se busca cumplir con los objetivos estratégicos, pues cada equipo está asociado al cumplimiento de ellos y eso cambia la manera de pensar, entre otros, explicó Aranda. En esa línea, Sciaraffia dijo que es preciso “capacitar a la gente, para hacer un trabajo eficiente, y sacar partido a las herramientas”.
El encuentro fue moderado por el director académico del programa, Rodrigo López, doctor (c) en Ciencias de la Ingeniería, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Equipo Prensa
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