Por Magdalena Peralta, Directora Ejecutiva de Junior Achievement Chile
En un mundo donde la colaboración y la innovación se presentan como pilares fundamentales para el desarrollo sostenible, los líderes empresariales tienen en sus manos una herramienta poderosa: el voluntariado corporativo.
Los números no mienten. América Latina enfrenta una doble crisis alarmante: la desigualdad económica y el desempleo juvenil. Según cifras recientes, más de 23 millones de jóvenes en nuestra región no trabajan, no estudian ni reciben formación. Esto no solo limita su potencial, sino que afecta directamente el tejido social y económico que sustenta nuestras comunidades. En este contexto, el papel de las empresas no puede quedarse únicamente en la generación de empleo. Necesitamos líderes visionarios que asuman un rol activo en construir puentes hacia un futuro más equitativo.
Aquí es donde el voluntariado corporativo se erige como un catalizador de cambio. No se trata solamente de involucrar a los colaboradores en actividades filantrópicas; se trata de transformar vidas, tanto de quienes reciben como de quienes entregan. Hemos sido testigos del poder de este tipo de iniciativas. Cuando un voluntario corporativo dedica su tiempo y talento a guiar a jóvenes en programas como “Socios por un Día” o “Innovation Camp”, no solo inspira a una generación a soñar en grande, sino que también redescubre su propio propósito dentro de la organización.
Para las empresas, el impacto del voluntariado es innegable. Equipos más cohesionados, colaboradores más comprometidos y una cultura organizacional orientada a los valores son algunos de los beneficios tangibles. En un mercado competitivo, estos elementos pueden marcar la diferencia entre una empresa que trasciende y otra que simplemente opera. Además, las empresas que fomentan el voluntariado cumplen con un compromiso social y demuestran liderazgo y visión, elementos clave para atraer y retener talento de calidad, especialmente entre las nuevas generaciones que buscan empleadores alineados con sus valores.
Invito a los líderes de las empresas a dar un paso al frente. Transformemos el voluntariado corporativo en un pilar estratégico para nuestras organizaciones. Fomentemos espacios donde los colaboradores aporten a la sociedad y se enriquezcan profesional y emocionalmente.
El futuro de nuestros jóvenes no es solo responsabilidad del gobierno o de las instituciones educativas. Es una misión compartida, donde cada acción cuenta. Los invito a que juntos construyamos una sociedad donde cada joven tenga las herramientas, la inspiración y el acompañamiento necesario para alcanzar su máximo potencial.
Equipo Prensa
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