DÍA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA
Todos los años, desde 1998, el 5 de Marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia energética. Se trata de un evento mundial que nació en Austria durante la Primera Reunión Internacional de Eficiencia Energética, y que tiene como objetivo concientizar sobre la necesidad de la reducción del consumo de energía mediante su uso racional y sustentable. En 2022, esto es más importante que nunca debido a que no sólo debemos batallar contra un cambio climático, sino también contra una pandemia mundial.
Ser energéticamente eficiente ya no es una batalla liderada por unos pocos visionarios, sino que se ha convertido en una necesidad urgente en la cual todos nosotros debemos tomar parte. Y contrariamente a lo que muchos pueden pensar, incrementar la eficiencia energética no implica comprometer el comfort y la calidad de vida, ni tampoco sólo disminuir el uso de energía en nuestro día a día, sino que muy por el contrario, se trata de una gestión eficiente la energía que consumimos, optimizar el uso de la misma, promover un consumo energético responsable, y reciclaje entre otros aspectos. Adicionalmente, la mejora de la eficiencia energética se basa en la optimización de los procesos de producción y su consumo energético, el uso de fuentes renovables de energía en vez de combustibles fósiles, entre otros.
¿Cómo puede cada uno de nosotros contribuir a la eficiencia energética?
Hay innumerables acciones simples que podemos implementar durante todo el año, no solamente el 5 de Marzo. Algunos ejemplos son: usar las horas de luz natural para aquellas tareas que requieran de más luz, apagar las luces y los aparatos electrónicos cuando no los estemos usando (ya que éstos consumen energía incluso en modo “stand by”). Otra forma de contribuir a la eficiencia energética es usar ampolletas LED en vez de las tradicionales, esto no sólo permite ahorrar hasta un 80% de energía eléctrica en comparación con la iluminación tradicional, sino que además es más amigable con el medio ambiente debido a los materiales que se usan en el proceso de fabricación de la iluminación tipo LED. Otra acción concreta que podemos realizar, es reemplazar electrodomésticos antiguos y menos eficientes por modelos con mejor eficiencia energética y tecnología que permita ahorrar energía, y usarlos racionalmente. También en cuanto a transporte hay algunos hábitos eficientes, tales como manejar los automóviles a velocidad constante y sin excesos de velocidad, mantener los vidrios cerrados y con el aire acondicionado a una temperatura de 21°C, asegurarse de una correcta mantención de neumáticos y motor, y finalmente fomentar el uso de los medios de transporte público y la bicicleta. Otra iniciativa que incrementa la eficiencia energética es separar basura para que parte de la misma pueda ser reciclada. Adicionalmente a los beneficios para el medio ambiente, estas acciones significarán un ahorro económico para la billetera.
Y si hablamos de los electrodomésticos, el refrigerador es por lejos el aparato que más energía consume, llenado a representar alrededor del 30% del consumo eléctrico del hogar. Por eso al momento de elegir un refrigerador es importante optar por los modelos que tengan eficiencia energética de al menos A+. Adicionalmente a esto, hay nuevas tecnologías desarrolladas para ahorrar energía, tales como el compresor inverter que se trata de un motor que funciona más eficientemente aumentando su durabilidad y reduciendo el gasto energético en hasta un 30%. Y si bien los refrigeradores de frío directo muchas veces son considerados como una tecnología más antigua, tienen la ventaja de no sólo evitar la deshidratación de los alimentos y mantener la fruta y verdura fresca por más tiempo, sino que además consumen menos energía que un modelo No Frost de similares características.
Sea cual sea el refrigerador o freezer que tengamos en nuestro hogar, también existen hábitos de uso que contribuyen a ahorrar energía, tales como abrir y cerrar la puerta del refrigerador lo menos posible (ya que esto genera pérdida de frío que el aparato debe recuperar gastando energía); considerar que un aparato lleno funciona más eficientemente que uno a medio llenar debido a que los alimentos bebidas conservan mejor el frío que el aire (por eso se puede almacenar botellas con agua en un refrigerador y hielo en el freezer) y utilizar el termostato para almacenar eficientemente los alimentos a la temperatura adecuada y prefiriendo freezer horizontales con Triple Función ya que permiten conservar cada tipo de alimento a la temperatura óptima, considerando que para bajar y mantener un solo grado la temperatura al interior del aparato, éste puede consumir hasta un 6% más de energía.
Dagmar Kuhn, Product Manager de Libero.
Equipo Prensa
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