Por Varinka Farren, directora ejecutiva de Hub APTA
El 2 de octubre celebramos el Día Nacional de las Ciencias, la Tecnología, el Conocimiento y la Innovación, una fecha que resalta el papel fundamental que desempeñan en nuestra sociedad y economía. Estos pilares representan la promesa de resolver interrogantes aún sin respuesta, de avanzar hacia la sostenibilidad y de enfrentar desafíos mundiales de manera proactiva.
Lamentablemente este año la fecha estará marcada no sólo por un nuevo retroceso en el Índice Global de Innovación 2023, sino que también por la pérdida del primer lugar en Latinoamérica, siendo desplazados por Brasil. Una noticia triste pero esperable, ya que la falta de una política de Estado de largo plazo en innovación, sumado a la baja inversión en I+D y la baja participación empresarial, haciendo de esto una “crónica de una muerte anunciada”, tal como escribía Gabriel García Márquez.
Pero no todas son malas noticias, ya que en el último tiempo la Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como un tema central a nivel mundial, impulsada por notables avances tecnológicos. Su relevancia no solo radica en el ámbito tecnológico, sino que también tiene un impacto profundo en diversos sectores, desde la medicina hasta la industria manufacturera.
En el marco del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), que acaba de ser publicado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA), nuestro país se ubica en la primera posición. Un lugar ambicioso en el podio y a la vez desafiante por las responsabilidades que implica, dada la fragilidad de dicho liderazgo.
Enfrentamos una nueva oportunidad en materia de IA, ya que el estudio destaca la infraestructura y el desarrollo de talentos como los dos factores habilitantes en los que Chile saca ventaja a nuestros países hermanos. Es decir, el estudio reconoce que contamos con avanzada infraestructura digital potenciada por una alta velocidad de descarga promedio y un porcentaje importante de población con acceso a internet. Asimismo, se destacan las capacidades del capital humano especializado para potenciar la IA.
Este liderazgo nos pone por delante importantes desafíos que requieren del trabajo colaborativo entre el sector público, privado y académico, así como en el desarrollo de políticas públicas más asertivas. Uno de estos desafíos lo tenemos con el proyecto de ley de IA, que se discute actualmente en el Congreso, y donde esperamos contar con un marco normativo de vanguardia que promueva los desarrollos basados en IA, se haga cargo de los temas éticos y regule el uso de datos abiertos, que ofrece grandes oportunidades para la toma de decisión, planificación e inversión. El fortalecimiento de estos factores habilitantes aumentarán significativamente la capacidad de transferencia tecnológica, el desarrollo exponencial de nuevas habilidades técnicas y la sinergia necesaria para que dicha innovación tenga un alto impacto en la sociedad, el conocimiento y el desarrollo sostenible de las industrias.
En Chile, ya contamos con exitosas iniciativas que buscan promover y participar activamente en el escalamiento de tecnologías chilenas en Inteligencia Artificial (IA), con aplicación o potencial de transferencia en los rubros de la Minería y Recursos Naturales, Telecomunicaciones, Banca y Retail, Transporte de Pasajeros e Industria, y que contribuyen a convertir a Chile en un referente en IA. Pues entonces, ¡manos a la obra!.
Equipo Prensa
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