Por Alfonso Molinare, Country Manager de Ebury en Chile.
El sector financiero chileno, como el resto del mundo, se encuentra en un punto de inflexión. La nueva transformación tecnológica en la industria de la mano de la inteligencia artificial ya no es una promesa futurista, sino una realidad palpable que está redefiniendo la forma en que operamos, interactuamos con nuestros clientes y, fundamentalmente, los perfiles profesionales que demandan las empresas para seguir siendo competitivas y ganar terreno a sus competidores.
Durante años, la banca y las instituciones financieras se han caracterizado por estructuras jerárquicas y roles bien definidos. Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial, el blockchain, el big data y la automatización a gran escala, entre otras tecnologías, está demandando una nueva generación de profesionales con habilidades que van más allá del conocimiento financiero tradicional.
Ya no basta con ser un experto en contabilidad o análisis de riesgos. Ahora, se requiere una comprensión profunda de la tecnología y su aplicación en el mundo financiero. Necesitamos profesionales capaces de interpretar datos complejos, desarrollar algoritmos predictivos, implementar soluciones de ciberseguridad y, sobre todo, comprender las necesidades cambiantes de un cliente cada vez más digital.
En Ebury Chile, lo vivimos a diario. Como fintech especializada en pagos internacionales y gestión de divisas, la tecnología es el corazón de nuestro negocio. Y para mantenernos a la vanguardia, hemos tenido que adaptarnos y buscar talento con habilidades específicas.
¿Qué perfiles son los más demandados? En primer lugar, los científicos de datos son cruciales para analizar grandes volúmenes de información y extraer insights valiosos que permitan optimizar procesos, identificar oportunidades de negocio y mejorar la experiencia del cliente.
También necesitamos ingenieros de software con experiencia en el desarrollo de plataformas financieras seguras y eficientes. La capacidad de construir y mantener sistemas complejos es fundamental para garantizar la continuidad operativa y la innovación constante.
Los especialistas en ciberseguridad son otro pilar fundamental. En un entorno donde las amenazas cibernéticas son cada vez más sofisticadas, proteger la información de nuestros clientes y la integridad de nuestros sistemas es una prioridad absoluta.
Pero la transformación no se limita a los perfiles técnicos. También necesitamos profesionales con habilidades blandas como la comunicación, la creatividad y la capacidad de adaptación pero que además manejen los casos de uso de la tecnología aplicada al negocio de los servicios financieros. La tecnología es una herramienta muy potente e indispensable en la actualidad, pero, al final, son las personas quienes la utilizan para resolver problemas y crear valor, tanto para las organizaciones, como para los clientes y usuarios de nuestros productos y servicios. Es por ello que, capacidades y valores como la resiliencia, comunicación asertiva, inteligencia emocional, ética y trabajo en equipo, son fundamentales para sumar a un conocimiento técnico o especializado, pues son diferenciadores irremplazables en los profesionales de hoy y del futuro.
El futuro innovador del sector financiero chileno depende de nuestra capacidad para abrazar la tecnología y desarrollar el talento necesario para aprovecharla al máximo. La transformación no será fácil, pero es inevitable. Aquellas instituciones que se adapten y apuesten por la innovación serán las que lideren el mercado en los próximos años.