Este 26 de abril se conmemora el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, cerrando una semana en que también se celebró el Día del Derecho de Autor, fechas que ponen en valor el rol fundamental de estos principios en la protección de las creaciones musicales y en el impulso de la creatividad.
Con motivo de esta conmemoración, la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD) organizó un conversatorio para abordar los desafíos que hoy enfrenta la industria, especialmente ante el impacto global de la Inteligencia Artificial (IA) en los procesos creativos.
Santiago, abril 2025. En el marco del Día del Derecho de Autor (miércoles 23) y del Día Mundial de la Propiedad Intelectual (sábado 26), la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD) convocó a un conversatorio en el Auditorio Valentín Trujillo, con el objetivo de reflexionar sobre los desafíos que enfrenta hoy la industria creativa, especialmente por el avance de la Inteligencia Artificial (IA) y las nuevas tecnologías.
Al inicio, el presidente de la SCD, Rodrigo Osorio, valoró la instancia y subrayó que “los derechos de autor son una herramienta clave para dignificar el trabajo de músicos y creadores. Nos permite proteger no solo una obra, sino también la historia y el esfuerzo que hay detrás de cada composición”.
Luego, en un debate lleno de reflexión, quedó claro que la IA ya no es una promesa del futuro, sino un desafío del presente. La instancia fue protagonizada por Juan Antonio Durán, director general de SCD; Gabriela Wildner (Estudio Dentons), abogada y académica de la USACH; el músico Fernando Milagros; y Claudio Ossa, jefe del Departamento de Derechos Intelectuales (DDI), quienes abordaron las implicancias de estas nuevas herramientas y la necesidad urgente de repensar la protección de los derechos intelectuales.
Uno de los temas centrales fue la controversia en torno a la replicación de voces de artistas mediante algoritmos: ¿hasta qué punto se debe permitir? ¿Cómo definir legalmente una “aportación humana significativa” frente a la simple generación automática de sonidos?
Los panelistas coincidieron en que, si bien la IA abre puertas a nuevas formas de co-creación, también representa una amenaza para los derechos morales y patrimoniales de los autores, si no se establecen mecanismos claros de autorización. “Cada muestra de datos usada para entrenar un sistema debe contar con una autorización explícita; sin trazabilidad, se pierde la esencia del creador”, subrayó Claudio Ossa.
Por su parte, Juan Antonio Durán hizo un llamado apasionado a defender la creatividad humana: “La IA puede sorprendernos con sonidos, pero jamás podrá sentir la pulsión que nace del corazón humano. Proteger esa chispa es, hoy más que nunca, el gran propósito de la propiedad intelectual”.
El encuentro concluyó con un mensaje claro: El camino no es demonizar la tecnología, sino educar a creadores, abogados y a la ciudadanía, para cerrar la brecha de conocimiento y evitar prácticas abusivas. Desde la SCD, se reafirma el compromiso con la actualización de la normativa y la defensa activa de los derechos de quienes dan vida a nuestra música.