- Un incremento de 10% en la penetración de banda ancha incide en un aumento del 1,5% en la productividad, lo que demuestra un claro vínculo entre el despliegue de conexiones de alta velocidad a Internet, con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), y otras variables económicas relevantes para los países.
Una constante de las economías desarrolladas, desde al menos el último siglo, es que para consolidar su posición de liderazgo realizaron fuertes inversiones en infraestructura. Modernizaron sus grandes urbes construyendo rascacielos; interconectaron las ciudades con carreteras, líneas ferroviarias, y abrieron conexiones globales con puertos y terminales aéreas. Esta fórmula la siguieron naciones industrializadas, como Inglaterra y Estados Unidos, y dado su éxito, ha sido el camino que siguen países como China, Japón, Corea del Sur, Malasia y Singapur.
Hoy, en la era de la Revolución Digital, la infraestructura física, como puentes, edificios, carreteras y puertos, ya no es suficiente para garantizar el crecimiento y desarrollo. Actualmente, si una economía busca destacar en el mundo, o aspirar a una sostenida recuperación post pandemia, es fundamental que invierta en desplegar y fortalecer su infraestructura tecnológica, esto es, construir una estratégica red de “carreteras digitales”.
En la actualidad la cúspide del progreso urbano lo representan las SmartCities, modernas ciudades altamente interconectadas, con un elevado nivel de automatización y capaces de ofrecer un importante número de procesos y servicios digitales a sus habitantes. Para llegar a este punto, antes debieron construir un poderoso entramado de redes digitales capaces de transportar crecientes cantidades de datos a velocidades cada vez mayores.
En la búsqueda de una solución capaz de satisfacer estos exigentes requerimientos, la Fibra Óptica ha demostrado ser el medio físico que mejor satisface la demanda de mayor alcance, velocidad y capacidad de transmisión que exigen tecnologías como el Big Data, el Cloud Computing, el Internet de las Cosas (IoT), y la Inteligencia Artificial.
De esta manera, y dada la evolución de actividades como el teletrabajo, la teleducación y la telemedicina durante la pandemia, es notorio el aumento en las conexiones de Fibra Óptica. En Chile, la Subsecretaría de Telecomunicaciones, Subtel, destacó en sus cifras al segundo trimestre de 2021[1], que las conexiones de Fibra Óptica crecieron 68,2% en un año y es la tecnología fija más usada por los chilenos, lo que equivale al 44,8% de las conexiones fijas a Internet. Probablemente, en la próxima entrega estadística, la Fibra Óptica será la tecnología predominante en las conexiones fijas del país.
De hecho, el acelerado crecimiento que se observa en Chile en el número de las conexiones ópticas lo ubica incluso por sobre el promedio de los países OCDE[2], el que se ubicó en 30,56% al cuarto trimestre de 2020, momento en que Chile registraba un 40,46%.
Aunque Chile es el líder en la región en lo que respecta a opticalización de su infraestructura de telecomunicaciones, aún existe una brecha respecto a las economías de la parte alta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, como España (73,17%), Suecia (75,04%), Lituania (76,57%), Japón (81,89%) y Corea del Sur (84,76%).
La evidencia recogida por la OCDE ha demostrado una relación entre la conectividad de alta velocidad y una mejora de la productividad en las empresas y el desarrollo económico y social de los países. Así es como, un incremento en un 10% en la penetración de banda ancha incide en un aumento del 1,5% en la productividad. Por lo tanto, existe un claro vínculo entre el aumento de las conexiones de alta velocidad y penetración de banda ancha, con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y otras variables económicas relevantes.
En conclusión, opticalizar la infraestructura de telecomunicaciones, además de responder adecuadamente a los acelerados cambios en los hábitos de consumo digital de nuestras sociedades, también representa el camino correcto para consolidar la recuperación económica post pandemia, y en la misma dirección, establecer las bases para la construcción de ciudades inteligentes, modernas y desarrolladas.
Equipo Prensa
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