- Quienes presentan estas características son candidatos más apetecidos por organizaciones que valoran las capacidades blandas por sobre competencias técnicas.
Al ingresar el mundo profesional se suele pensar que los conocimientos profesionales son suficientes para enfrentar el mundo laboral. Pero lo cierto es que hay un conjunto de habilidades que hasta hace poco no se enseñaban en las aulas y que contemplan herramientas socioemocionales y digitales, que facilitan la interacción de las personas en el ambiente de trabajo. “En un mundo que suma tecnologías digitales, es fundamental que los profesionales sepan interactuar adecuadamente con dichas tecnologías, de modo de cerrar la brecha que heredamos del pasado analógico y que resiste el cambio hacia la digitalización”, explica Francisco Ruiz, director de Fundación Forge Chile, organización que promueve la capacitación y la inserción laboral de jóvenes en vulnerabilidad social.
Precisamente, considerando el contexto actual del mundo del trabajo, Forge junto a Accenture en Latinoamérica, desarrollaron un estudio para levantar las competencias de habilidades socioemocionales y digitales más valoradas al momento de postular a un empleo: comunicación, trabajo en equipo, resolución de conflictos, aprender a aprender, motivación, y responsabilidad. “Independiente de la preparación profesional y del cargo a desempeñar, es importante que los profesionales de hoy y del futuro incorporen estas competencias, ya que les ayudarán a insertarse de manera óptima en el campo laboral. Las compañías buscan estas habilidades y las promueven dentro de sus equipos, ya que suman a una cultura organizacional de individuos multifacéticos y con mayor capacidad de adaptación a los constantes cambios que la digitalización trae consigo”, agrega Francisco.
En su estudio, Accenture y Forge identifican cuatro rasgos dominantes que presentará el trabajo del futuro: este será a la vez Digital y Humano, Cooperativo y Colaborativo, Basado en Conocimiento y Tareas, y Flexible y Fluido. “La incorporación de tecnologías inteligentes contempla una reconfiguración de los roles y tareas que requieren de ciertas habilidades humanas para un desempeño óptimo, las cuales se pueden dominar en diferentes niveles, desde el básico hasta grados medio y máster (…) Entender esta nueva realidad laboral, no reemplaza la necesidad de preparar a los jóvenes para empleos a demanda. Al contrario, ayuda a prepararlos para la vida, más allá del trabajo y los empleos que podemos vislumbrar hoy”, puntualiza.
Equipo Prensa
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