Es inevitable que las organizaciones en algún punto deban afrontar momentos de contracción económica y desafíos de crecimiento; independiente sean factores internos o externos, las empresas enfrentan “tiempos de crisis”. Una frase que dependiendo de la manera como se abordé, estará asociada al pánico o a la oportunidad para salir adelante de una recesión.
Parte de la respuesta natural de una organización ante una “crisis” es la de contraerse para buscar conservar el negocio; en esta misma línea de acción, se procura optimizar los recursos, los gastos y eliminar en lo posible excesos o mudas; siendo en algunos casos, la innovación parte de estos recortes. Contrastando lo anterior, por fortuna son también varias las ocasiones en las que organizaciones logran superar etapas de crisis, considerando a la innovación.
Parece un ejercicio lógico que en tiempos hiper-dinámicos como los actuales, considerar a la innovación para salir de una crisis sea algo fundamental, pero la realidad es que al estar en el rol de Gerente de una organización el ejercicio no es tarea fácil. Si la innovación no está alineada estratégicamente, sin un proceso y por supuesto unas capacidades y hábitos orientados a re pensar permanentemente el negocio para entregar valor a los clientes; La innovación pasa a ser difícil de justificar y mantener en una época de recesión.
En este espacio realizaremos un acercamiento concreto basado en la trayectoria y buenas prácticas para dar algunas consideraciones de: Cómo desde la innovación se pueden obtener ventajas competitivas en tiempos de crisis.
Uno de los beneficios de considerar formalmente la innovación en los procesos de una organización, es que se adquiere la habilidad para trabajar en ambientes ambiguos e inciertos para lograr sacar adelante nuevas soluciones; por tanto, la empresa aprende con la innovación una perspectiva adaptativa frente al negocio. Ninguna crisis es fácil de abordar pero si desde la psiquis colectiva organizacional, las personas y los equipos tienen esta capacidad desarrollada al momento de afrontar una contracción económica será, una ventaja competitiva frente aquellos que no trabajan con innovación.
Parte de las consideraciones que se tiene frente a la innovación es el tiempo que toma para el desarrollo de las nuevas soluciones, lo cual en parte es cierto y de hecho, suele ser uno de los argumentos al momento de entrar en políticas austeridad en las organizaciones.
Por tanto es responsabilidad de la innovación adaptarse y trabajar a partir de esta restricción creativa; una acción que parece lógica pero que si se tiene un área o proceso de innovación que no es cercano a las líneas más sensibles del negocio (donde se está gestando la transacciones y se hace las ventas) será complejo esta adaptación. Realizar esto implica ir más allá de cuestionar “Qué necesita mi cliente” sino “Qué necesita el cliente de mi cliente”. Redefiniciones como estas llevan en sí mismo nuevas ventajas u oportunidades de acciones de co-innovación naturales que generar nuevos negocios.
Si nos adentramos en el día a día de la operación encontraremos ventajas más de índole táctico y que de tener una perspectiva adaptativa podremos aprovechar. Innovar “in-situ” son las oportunidades que surgen permanentemente con un cliente durante una visita técnica o a partir de una misma venta, generalmente son oportunidades no intencionadas ajenas a los productos tradicionales del portafolio o conocidos por el cliente pero valiosas para innovar porque que surgen de manera natural y espontanea consecuencia de mantener una buena relación con un cliente (conociendo que necesita el cliente de mi cliente). La habilidad para convertir esas oportunidades en escenarios de incubación , ambientes de prueba y productivos a la vez.; es otra de las ventajas obtenidas de trabajar con innovación
Es así como la visita técnica de un ingeniero de campo de pruebas a una subestación eléctrica en el año 2008, detonó la identificación de una oportunidad de adaptar un cambiador a un transformador de 230 Kv en sitio, algo que para el momento era improbable para el mercado. Haber tenido la reacción colectiva del negocio, permitió no solo solucionar algo que no esperaba el cliente, sino llevar a escalarlo a una nueva línea de servicios, una buena práctica que hoy en día que cada vez hacen empresas de ingeniería del sector de energía y por supuesto haber reconocido el talento del gestor de la idea.
Finalmente esta capacidad de reacción de un negocio que trabaja con innovación representa otra ventaja táctica, tangible y valiosa para ayudar a salir de una recesión a una Empresa; pero es importante destacar que hacerlo, requiere un nivel de madurez organizacional y en su ciclo de vida de innovación; el cual de no tenerlo será un factor que dificultará más o menos.
Pero como indicaba anteriormente, de las condiciones más valiosas de trabajar con la innovación es aprender el valor creativo de las restricciones para adaptarse y solucionarlas.
Felipe A. Combariza, Transforme Consultores.
JOSEFA COMUNICACIONES
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