Alberto Bethke, CEO de OLIVIA:
“En un mundo post pandemia, ya contamos con certezas de abundancia”
- Las organizaciones pueden tomar rumbos que conducen a diversos destinos, pero, por fortuna, hoy saben qué camino tomar para alcanzar sus objetivos de forma sustentable.
Si detuviéramos el mundo por un instante identificaríamos tres certezas que marcaron nuestro día a día desde que se instaló la pandemia y que podemos llamar las “certezas de la escasez”. Primero, el “control de daños”, el que fue nuestra prioridad; luego la “culpa ajena” es decir, es el contexto el que está determinando mis resultados, y finalmente “lo único que pueda hacer es apagar el incendio”, es mi única realidad. Si las organizaciones se sumergen en ellas existe una alta probabilidad de perder el foco y hacer realidad este pensamiento nada constructivo: “El mundo cambia y no sé hacia dónde ni cómo seguirlo”.
Sin embargo, hay algo muy importante que hemos olvidado, que es que el mundo no cambia, lo que cambia es desde dónde y cómo lo miramos. Nuestro ángulo de visión puede ser de abundancia. Por ello, hoy es importante y oportuno definir un nuevo set de certezas que nos ayuden a vislumbrar un futuro con más oportunidades que condicionantes. Así nacen las “certezas de la abundancia”, a partir de un mindset que dice que todo es posible y que todo puede mejorar, una nueva mentalidad que nos permitirá re imaginarnos y redefinirnos para generar cambios positivos en las organizaciones.
¿Cuáles son hoy las certezas de la abundancia?
El capital brota. Para una buena idea hoy no hay problemas de financiamiento. Un ejemplo son los incentivos inyectados por el gobierno de Estados Unidos para la reactivación económica (USD 1,9 billones) y para obras de infraestructura (USD 3,1 billones). En el sector privado, en tanto, nunca fue tan fácil encontrar capitales para impulsar un producto, solución o servicio. Según un informe de Dealroom, empresa de investigación de mercado para el sector de Capital de Riesgo, este 2021 el volumen global de rondas de financiación de emprendimientos ha superado todos los récords.
El talento fluye. A diferencia de otros tiempos, y gracias a las tecnologías desarrolladas en los últimos 20 años, hoy el capital humano puede movilizarse a cualquier lugar del mundo. El factor determinante, sin embargo, no es la movilidad, sino que la inspiración que una compañía despierta. El talento, además de ser móvil, es flexible y ágil, y está en búsqueda de unicornios, potenciales unicornios y de aquel que considere que su aporte vale la pena.
El mercado se amplifica. Hoy, como nunca antes, tenemos las herramientas para llevar el mensaje de la organización, del producto y de su propósito, a cualquier parte del mundo y en tiempo real. Una muestra de la globalidad son los “Influencers”; jóvenes y no tan jóvenes que se toman internet con mensajes tan diversos como sus millones de seguidores. Siguiendo este ejemplo ¿Qué impide a una organización utilizar su expertise y convertirse en “influenciador” de su propio ecosistema? Nada.
La colaboración se universaliza. Por último, si algo reforzó el año vivido entre pantallas es la adaptación de nuestra cadena de valor. El mercado exigió flexibilidad para reordenar la logística, la producción, la atención al cliente y la gestión del talento interno. En ese recorrido las opciones de colaboración explotaron junto con la penetración de la tecnología, lo que se vio plasmado en el aumento de plataformas de colaboración y redes de co creación.
No cabe duda que el mindset de la abundancia nos permitirá dejar atrás un mundo condicionado por la contingencia, utilizando como motor el poder que emana de la cultura de cada organización. Así, tal como nos indican las “certezas de la abundancia”, hay formas de imaginarnos un mundo de nuevas e infinitas posibilidades; el secreto está en trabajar en el set de creencias que definen una organización, elevando su mirada para aprovechar las oportunidades reforzadas durante el último año.
Equipo Prensa
Portal Innova
