Legalidades, regulaciones en la construcción y proyección, son algunos de los criterios que Miami solicita para que inversionistas chilenos se aventuren en proyectos inmobiliarios al sur de Florida (EE. UU).
Si hablamos de proyecto de lujo en el país norteamericano, Miami se ha posicionado como un atractivo geográfico y económico para quienes buscan proteger y acrecentar su capital en la ciudad del “refugio financiero”. El condado tropical ha demostrado una valorización constante en el mercado de lujo, con aumentos anuales entre el 13% y 14%, según Valora Analytic, un buen negocio en materia de inversiones y en desarrollo de proyectos.
Bajo ese contexto, Pablo Allamand, Board President de AGD Developers, explica que el desarrollo inmobiliario, tanto en Chile como en otros mercados, se basa en cuatro pilares fundamentales: “La selección de terrenos adecuados para el público objetivo, la contratación de una firma de arquitectura con experiencia, la elección de una empresa constructora con un sólido historial de proyectos ejecutados y la conformación de un equipo de ventas eficiente”.
“Al no tener el conocimiento suficiente o ese proceso ‘busquilla’, puede resultar en permisos rechazados e implica tiempo y dinero perdido. Eso le pasa a la gran mayoría de las inmobiliarias chilenas que tienen como objetivo migrar a Miami”, comenta Allamand. Sumado a eso, explica que se tiende a confundir que los procesos regulatorios o las legalidades se hacen de la misma forma que en tierras chilenas, sin embargo, menciona que el estadounidense trabaja de manera más detallada por lo que el proceso de obtención de permisos de edificación es muy distinto a Chile.
Según un estudio publicado por Realtor, Miami, durante 2024, se transformó en una ciudad con altos estándares en la calidad de vida. Esto alineado a su notable incremento del 12% en casas de alta gama, de US$5 millones a US$10 millones, de acuerdo al Informe del mercado inmobiliario de Miami.
Matías Daroch, de MIK Architecture, asegura que los 15 años de experiencia en “La Ciudad Mágica” –como es conocida Miami– les ha brindado la ayuda necesaria para tener mapeado todos los procesos largos y complejos. “Es por eso que, cuando comenzamos un nuevo proyecto inmobiliario, lo que menos perdemos es tiempo en estos pasos. En EE. UU. debemos ser un 15% más rápidos que otras inmobiliarias en la etapa de diseño y permisos. Este por lo general es una etapa que demora 13 meses en promedio, nosotros la bajamos a 10 meses”, puntualiza.
En ese contexto, uno de los aspectos que más favorece en el crecimiento, es ser una empresa Inmobiliaria con integración horizontal. Es decir, está compuesta por tres microempresas: arquitectura, constructora y ventas. Estos pilares entregan la facultad de controlar cada aspecto del desarrollo inmobiliario, desde la adquisición de terrenos, el diseño, la construcción y venta (a través de brokers). “En AGD Developers contamos con diversos modelos de financiamiento atractivos para los inversionistas y una gestión de riesgos robusta para proteger tanto a la empresa como a los inversionistas”, concluye Allamand.
Nuestros proyectos tienen la ventaja que nos demoramos entre 5-7 meses menos en los procesos de construcción, en comparación a otros competidores; con un impacto positivo en el TIR de más de 10 puntos. Además, con bajas desviaciones históricas con respecto al presupuesto original de no más de +/- 3%. Uno de nuestros puntos altos es el sistema de información, con reportes de última tecnología semanales, mensuales y trimestrales a nuestros inversionistas.