César Rebolledo, Gerente General de NewCapital
Las Fiestas Patrias son el reflejo del alma chilena, una pausa en el tiempo donde, a pesar de las diferencias y desafíos, nos encontramos en un abrazo colectivo, celebrando nuestra identidad y herencia. En momentos donde la desunión parece ser el eco de nuestras calles, el «18» emerge como un recordatorio de que, en esencia, todos compartimos un mismo latido, un mismo amor por esta tierra.
La bandera chilena, con su estrella solitaria y sus colores, es el símbolo de nuestra historia, de luchas y triunfos, esperanzas y sueños y de todo lo que hemos vivido juntos. Honrarla es honrar a cada chileno que ha dejado su huella en esta nación, es recordar que, a pesar de las adversidades, somos un pueblo unido y que nunca baja los brazos.
Ser chileno, o chilena, va más allá de haber nacido en esta tierra. Es sentir la emoción al escuchar las primeras notas del himno nacional, es la alegría de bailar una cueca, saborear un vaso de chicha y disfrutar el sabor inconfundible de una empanada recién hecha. Pero, sobre todo, ser chileno es reconocer que, en nuestra diversidad, está nuestra mayor fortaleza.
Mientras las fondas se llenan de risas y la cueca se baila con pasión, recordemos que todos los chilenos, sin importar de dónde vengan o lo que crean, son parte importante de nuestro país y futuro. Es momento de mirarnos a los ojos, de escucharnos y construir un Chile más inclusivo y solidario.
Que este «18» no sea solo una celebración, sino también una reflexión. Que nos inspire a ser mejores, a valorar nuestras raíces y a trabajar juntos por un futuro donde todos nos sintamos orgullosos de decir: ¡Viva Chile! ¡Felices Fiestas Patrias!
Equipo Prensa
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