En un seminario de impuestos que convocó a expertos de todo el continente y especialistas locales.
EY Chile organizó el evento “VIII Seminario de tributación internacional: ¿Se está preparando Chile ante las tendencias globales?”, con expertos de diferentes oficinas de la firma en el continente. Uno de los principales expositores fue el exsecretario de Hacienda, Ignacio Briones, quien aprovechó la instancia para dar a conocer su propuesta tributaria.
El excandidato presidencial comenzó resaltando que al 2022, la carga tributaria en Chile alcanzaba un 20,7% del PIB, del orden de 5 puntos porcentuales menor que el promedio OCDE, al descontar las contribuciones de seguridad social. No obstante, existe una brecha de US$ 19.800 de ingreso per cápita, por lo que se deben cerrar esas dos brechas.
Su iniciativa busca aumentar la carga tributaria en 2 puntos del PIB al principio y con el paso del tiempo cerrar la brecha de 5 puntos. Esto es, aumentar la recaudación en 3 puntos adicionales en el tiempo. Briones propone un plazo de 20 años para cerrar esos 3 puntos adicionales, asumiendo que en dicho periodo el crecimiento acumulado (3% anual) permitirá cerrar la diferencia de ingresos per cápita respecto al promedio OCDE de hoy.
Como principio orientador, el presidente del centro de estudios Horizontal propone que los recursos adicionales que se obtengan de avanzar en la eliminación de exenciones tributarias y combate a la evasión, deberían compartirse entre el Estado (más recaudación) y ciudadanía (vía menores tasas).
El economista esbozó la necesidad de subir el impuesto a la renta a las personas (segunda categoría) aunque declaró que es impopular subir el gravamen a quienes ganan menos. “En corto plazo (2024) planteamos cambiar la base tributaria, con la creación de un nuevo tramo de impuestos a las personas que ganan entre 6,75 UTA ($425.750) y 13,5 UTA ($851.500), con una tasa efectiva del 1%; aumento adicional del 1% a tasa marginal de tramos 2 al 6; aumento de 2% al tramo 7 y alza de 3% al tramo 8. Ello aportará una recaudación adicional de 0,54% del PIB”, destacó Briones.
También propone disminuir exenciones en 0,5% del PIB, eliminando disposiciones como el régimen de renta presunta, igualar progresivamente el impuesto específico al diésel con el de las bencinas, entre otras exenciones. La mitad de este monto (0,25% del PIB) iría a arcas fiscales y la otra mitad a rebajar tasas de impuestos. Otro aspecto clave de su proyecto es la tolerancia cero contra la evasión.
BEPS 2.0 en reforma tributaria
La discusión tributaria se ha tornado un tema clave en el país, siendo muy importante para el gobierno, dado que fijó una agenda social que requiere de una gran recaudación para su financiamiento. Ahora el Ejecutivo habla de un pacto tributario y esta propuesta según los expertos debería ser presentada los últimos meses del año con el fin de llegar a un gran acuerdo.
En este contexto, desde EY plantearon la necesidad que la reforma tributaria se considere el denominado “Pilar 2” del marco inclusivo de la OCDE que fue firmado por Chile. Más conocido como BEPS 2.0, la norma establece un impuesto mínimo global de tasa 15%, aplicable a multinacionales cuyos ingresos anuales en los estados financieros consolidados de sus entidades matrices alcancen los €750 millones (US$807 millones). Este impuesto lo paga la matriz en el país en que se encuentre.
“Chile no tiene fecha para implementar este impuesto que es parte de un compromiso global (…) Dada la complejidad de la norma si tú como país no has tomado tu medida propia te puede impactar, ya que otro país puede llevarse esa recaudación que a lo mejor le correspondía a tu país. Por el momento este tema no está en agenda de conversación, pues no estuvo en la reforma pasada ni en ninguna parte se habló del impuesto mínimo global o cómo es que los incentivos que podemos incorporar al diseño de la política fiscal se hacen cargo de si quedan o no dentro del cálculo de la base del impuesto mínimo global. Esto quiere decir que cualquier pacto tributario que venga debería considerar lo que pasa en el mundo”, indicó Javiera Contreras, socia líder de Impuestos de EY.
La experta explicó sobre el gravamen que: “tenemos empresas que tienen inversiones en otros países, por lo que es clave preguntarse cómo nos vamos a asegurar de proteger nuestra política fiscal y quedarnos con el pedazo de torta que nos corresponde, porque al final hay que pensar de que, si hay una torta global y si no me la llevo yo, lo hará otro entonces”.
Por otra parte, José Bustos, experto en política fiscal internacional de EY US añadió que “si Chile no se suma a la implementación de este impuesto el Estado estará perdiendo la oportunidad de recaudar en sus arcas fiscales lo que generen empresas nacionales con presencia en jurisdicciones de baja tributación (…). La Unión Europea es un referente para la aplicación de estas regulaciones, ya que en los 27 países que la conforman empezará a regir a contar del 2024”.
Equipo Prensa
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