Nuestro país mantiene un firme compromiso con alcanzar mejores resultados en materia de sustentabilidad ambiental a corto plazo, y la industria minera es una de las principales promotoras de este tan necesario cambio.

Día a día avanzamos con grandes iniciativas y normativas que promueven el acelerado transitar de una matriz energética alimentada por combustibles fósiles a una completamente conformada por energías limpias, y en este sentido la meta clara: ser carbono neutral el 2050, esperando que al 2030 el 60% de la matriz energética nacional provenga de energías limpias renovables y que, al 2040, hayamos alcanzado la total eliminación del uso del carbón como fuente energética.

Sin embargo, la realidad es que el uso de combustibles fósiles sigue siendo una de las fuentes para generación de energía en nuestro país (38%), por lo que el desafío que enfrentamos a corto plazo para cumplir las metas establecidas es importante.

Para hacer frente a esta situación las compañías mineras se han suscrito voluntariamente a compromisos para reducir su huella de carbono entre 2030 y 2050, lo que considera, al menos, cumplir con los alcances 1 y 2 definidos por el GHG (Green House Gas) Protocol, que incluye el origen de la generación de energía ya sea por proveedores directos o propia.

Pese a que gran parte de éstas persiguen objetivos similares en cuanto a descarbonización apuntando a carbono neutralidad, “no existe un enfoque único o receta probada para lograr esta meta, pues los requerimientos que tiene cada operación son distintos y por tanto se deben contemplar soluciones a medida”, comenta Pablo Peñaranda, director de Desarrollo de Negocios para Black & Veatch Latinoamérica.

“Un buen aporte en la materia que está contribuyendo a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es el incremento en la eficiencia de las operaciones mineras asociadas al uso de nuevas tecnologías, digitalización, incorporación de eficiencia energética y disminución del consumo de combustibles fósiles. Estas mejoras permiten un uso más eficiente de la energía y contribuyen a los objetivos de descarbonización”, destaca Peñaranda.

Asimismo, de manera indirecta un mejor uso de los recursos hídricos en las operaciones también contribuye al cumplimiento de los objetivos de descarbonización. “Por ejemplo, el suministro hídrico de operaciones mineras en el norte de Chile contempla el transporte de agua desde zonas que se encuentran lejanas a las operaciones, demandando un alto consumo energético que se puede reducir al contar con una mejor gestión de recursos en la operación. Con iniciativas que apunten a mitigar pérdidas de agua, el reúso de efluentes y de agua contenida en depósitos de relaves, es posible reducir el consumo de agua fresca y de esta manera obtener ahorros en materia de energía asociados al transporte y tratamiento de agua», añade el ejecutivo.

La incorporación de equipos y vehículos eléctricos o impulsados por celdas de hidrógeno verde también están teniendo una mayor relevancia en el sector minero. “El desarrollo es todavía incipiente y no se ha constituido una industria de suministro que permita llevar a mayor escala los desarrollos que se encuentran actualmente como “piloto”, pero pese a ello, sabemos que los esfuerzos van en la dirección correcta y que a medida que estas primeras iniciativas obtengan un buen resultado podrán establecer precedentes para que más compañías del sector minero inviertan en estas soluciones y se pueda generar una tendencia”, agrega.

Para finalizar, destaca que “para que la agenda de descarbonización y el uso eficiente de energía se materialice es necesaria la inversión en etapas de estudio y planificación que permitan a las compañías implementar mejoras y cambios en su actual gestión de recursos. En este sentido, los programas de descarbonización en todos los niveles requieren una comprensión de cómo las tecnologías heredadas, las nuevas y las que pronto se encontrarán disponibles en el mercado pueden funcionar en conjunto”.

“En resumen, para avanzar en el proceso de descarbonización minera las compañías deben establecer un roadmap que analice su situación actual, detallando cuáles son los equipos mineros con los que cuenta, fondos disponibles y tecnologías más recomendadas que realmente sean factibles de ir incorporando poco a poco al proceso, haciendo un análisis de cómo esto irá disminuyendo en el tiempo la emisión de GEI. En paralelo se debe analizar todo el detalle relacionado a la fuente energética utilizada por cada faena. Para atender todas estas variables en Black & Veatch contamos con soluciones innovadoras que nos permiten ser un partner fundamental para la industria desde etapas tempranas hasta su implementación”, finaliza el ejecutivo.

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