El crecimiento de la inteligencia artificial (IA) a nivel global está transformando la manera en que las empresas operan, innovan y se relacionan con sus públicos. Un estudio de Microsoft e IDC revela que el 55% de las grandes empresas en Sudamérica Hispana ya han implementado herramientas de Inteligencia Artificial (IA), optimizando su productividad y generando nuevos modelos de negocio. En Chile, el 74% señaló que planea aumentar su inversión en IA en los próximos dos años.
Desde la automatización de procesos hasta la toma de decisiones basada en datos, la IA ofrece un sinfín de oportunidades para mejorar la eficiencia y la competitividad. Sin embargo, su implementación también plantea desafíos, especialmente en la adaptación de los equipos de trabajo y la gestión del cambio organizacional.
Para Guisela Fernández, Talent Operations Manager en SoftServe Chile, la adopción de IA no es solo un desafío tecnológico, sino una transformación cultural. «Las empresas deben crear un ecosistema donde los empleados vean la IA como un socio estratégico, no como una amenaza. En SoftServe, hemos comprobado que la adopción de IA no es solo cuestión de tecnología, sino de confianza y empoderamiento. Implementamos programas de aprendizaje que combinan sesiones teóricas con aplicaciones prácticas, permitiendo que nuestros equipos comprendan el valor de la IA y la integren de manera natural en sus flujos de trabajo», explica Fernández.
Estas son las claves que propone Guisela Fernández, según su experiencia en la multinacional.
- Fomentar una cultura de IA
En 2025, el 25% de las organizaciones utilizarán agentes de IA capaces de ejecutar tareas de forma autónoma. Para que esta adopción sea efectiva, los empleados deben involucrarse en su implementación. Capacitación, experimentación y comunicación clara serán claves para reducir la resistencia. «Nuestra experiencia demuestra que cuando la cultura organizacional refuerza la experimentación y la adaptación al cambio, los equipos no solo adoptan la IA más rápido, sino que también descubren nuevas formas de innovar y generar impacto», asegura Fernández.
- Personalizar la formación en IA
Las empresas deberán desarrollar programas de aprendizaje adaptados a distintos niveles de habilidad. Mientras los equipos técnicos necesitarán formación avanzada, el resto de los empleados requerirá guías prácticas sobre cómo usar la IA de manera responsable y eficiente.
- Mejorar la experiencia del empleado
La IA puede incrementar la productividad hasta en un 45%, automatizando tareas administrativas y personalizando la experiencia laboral. En 2025, el uso de chatbots y herramientas de IA optimizará la retroalimentación, con encuestas anónimas y reuniones estructuradas que fortalezcan la comunicación. La flexibilidad seguirá siendo un factor clave, con una creciente demanda por modelos híbridos de trabajo.
- Desarrollar el liderazgo intermedio
El 75% de los líderes de RR. HH. afirman que los gerentes están sobrecargados, y el 70% dice que los programas actuales de liderazgo no los preparan para el futuro. En 2025, la IA podrá aliviar esta presión automatizando procesos y proporcionando información en tiempo real.
- Impulsar la gestión de talento basada en habilidades
La contratación basada en competencias está reemplazando a la selección por títulos. En 2024, el 81% de los empleadores priorizaron las habilidades sobre los diplomas formales. Empresas como IBM lideran este cambio eliminando la exigencia de títulos en muchas posiciones. Las empresas deben definir las habilidades clave para cada rol e integrarlas en evaluaciones y planes de desarrollo.
“El rol de la gestión de Personas debe evolucionar de la administración de procesos a la construcción de resiliencia organizacional. La clave estará en equilibrar tecnología, talento y cultura. La integración de la IA deberá empoderar, no reemplazar, a los empleados, mientras se redefinen las estrategias de gestión del talento”, resume Guisela Fernández, Talent Operations Manager en SoftServe Chile.