Por Alfredo Rolando, Regional Manager de Ciberseguridad en Digital Industries para Siemens Sudamérica.
La transformación industrial no se detiene. Mientras la industria 4.0 sentó las bases de la automatización, la digitalización y la conectividad; la industria 5.0 da un paso más allá poniendo a las personas en el centro de la ecuación. No se trata solo de eficiencia y producción en masa, sino de un modelo más humano, sostenible y resiliente, donde la tecnología se convierte en una aliada para potenciar las capacidades humanas en lugar de reemplazarlas y crea protocolos ciberseguros para operar de manera escalable y con la sustentabilidad como eje transversal.
Esta evolución no se produce de la noche a la mañana ni de manera uniforme en todas las regiones y sectores. En economías como la sudamericana, donde muchas industrias aún están en proceso de adoptar plenamente las tecnologías de la 4.0, la convivencia entre ambas revoluciones será una realidad durante los próximos años. La clave estará en aprovechar lo mejor de cada una para construir un modelo productivo más ágil, adaptable, confiable y centrado en la innovación e investigación responsable.
La industria 5.0 se sustenta en tres pilares fundamentales: foco en las personas, sostenibilidad y resiliencia. A diferencia de la 4.0, que prioriza la automatización y la eficiencia, la nueva revolución industrial busca un equilibrio entre tecnología y ser humano. Esto significa que los robots y la inteligencia artificial no sustituyen a las personas, sino que colaboran con ellas para potenciar sus capacidades. En este contexto, la educación continua y la reconversión de habilidades serán esenciales para diversificar las oportunidades laborales en un entorno cada vez más automatizado y donde las necesidades de las industrias e infraestructuras críticas serán crecientes y requerirán de conocimientos y habilidades cada vez más especializadas.
Otro de los aspectos clave de la industria 5.0 es la hiper personalización en la producción. Gracias al uso de gemelos digitales, metaverso industrial, big data y la inteligencia artificial, las empresas pueden diseñar productos y servicios altamente adaptados a las necesidades de los sectores y consumidores.
Los verticales con mayor potencial para adoptar esta evolución industrial son aquellos que ya han avanzado en digitalización y automatización. El sector farmacéutico y de la salud se posicionan a la vanguardia, impulsados por la tendencia hacia la medicina personalizada y el uso de inteligencia artificial en diagnósticos y tratamientos. La manufactura avanzada, particularmente en la industria automotriz, también lidera esta transformación, con fábricas cada vez más robotizadas y modelos de producción flexibles y adaptativos. Asimismo, sectores como el energético y el de alimentos y bebidas presentan oportunidades significativas, especialmente en la optimización del consumo de recursos y la producción sostenible mediante tecnologías como los gemelos digitales y el mantenimiento predictivo.
En este contexto, la sostenibilidad es un pilar clave. La industria 5.0 busca reducir el impacto ambiental mediante el uso eficiente de la energía y recursos naturales, la reutilización de materiales y la producción bajo demanda para evitar excedentes innecesarios. Modelos como el de la economía circular cobran mayor relevancia, permitiendo que los productos tengan un ciclo de vida más largo, promoviendo el menor desperdicio. Las empresas tecnológicas ya han comenzado a implementar modelos de producción basados en huellas de carbono reducidas y el uso de energías renovables en sus plantas. De hecho, en Siemens tenemos varias metas globales asociadas a: reducción de las emisiones de carbono en un 55% para el 2025, lograr emisiones 0 de nuestra cadena de suministro para el 2050 y lograr que el 100% de las familias de nuestros productos tengan un ecodiseño para el 2030. Además de contar con SiGREEN, la plataforma que nos permite y a nuestro ecosistema medir la huella de carbono- en el end to end- de sus operaciones y sus proveedores.
No obstante, la transición conlleva importantes desafíos, sobre todo en economías donde la 4.0 aún no está completamente consolidada. La inversión en infraestructura tecnológica, la capacitación de la fuerza laboral y la implementación de marcos regulatorios adecuados serán factores clave para que las compañías puedan adaptarse a esta nueva era. Además, es fundamental el trabajo conjunto entre el sector privado y público, en el fomento de políticas que induzcan a la innovación y la digitalización en la industria, asegurando que el desarrollo tecnológico beneficie tanto a las empresas-sin importar su tamaño- como a la sociedad en su conjunto.
En suma, la industria 5.0 representa una transformación cultural que redefine la forma en que producimos, trabajamos y convivimos con la tecnología. Es una oportunidad para construir un modelo de desarrollo más humano y sostenible, en el que la colaboración entre personas y máquinas permita maximizar el potencial de ambos en favor del progreso económico y social.