Datos de Sernageomin revelan que accidentes como atrapamientos, intoxicación por gases, caídas desde altura, entre otros, son responsables de la mayoría de los fallecimientos en la mediana y gran minería del país. La prevención es clave para reducir estos incidentes.
Según los últimos datos entregados por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), un alarmante 87% de las fatalidades en la minería chilena se deben a seis tipos de accidentes, entre ellos atrapamientos, intoxicación por gases, caídas desde altura y accidentes relacionados con el uso de explosivos.
Pese a que en las últimas dos décadas se han realizado importantes inversiones en seguridad, especialmente en las grandes empresas, aún persisten vulnerabilidades, particularmente en las medianas y pequeñas compañías. Estas últimas, responsables de un alto porcentaje de la producción minera en Chile, carecen muchas veces de los recursos y personal especializado para implementar protocolos de seguridad efectivos.
“Es fundamental que todos los actores de la industria, desde las grandes hasta las pequeñas empresas, trabajen de manera coordinadas y orientadas a mejorar continuamente las condiciones de seguridad. Los avances de los últimos años son valiosos, pero la minería aún enfrenta una tasa de fatalidad considerable, que exige soluciones más innovadoras y accesibles”, comentó Boris Farías, Líder de Prevención de Riesgos de Tres60.
Según el informe de Sernageomin, los accidentes más comunes en el sector son el uso inadecuado de explosivos, derrumbes por falta de fortificación y caídas de objetos pesados, siendo los trabajadores de entre 45 y 50 años los más afectados. De hecho, la mediana minería, que emplea al 78% de la fuerza laboral del sector, ocupa el segundo lugar en la tasa de fatalidad, con un 22,23%.
En este contexto, “La seguridad en la minería siempre ha sido un tema prioritario, no solo por los impactos sociales y humanos que conllevan los accidentes, sino también por los altos costos económicos que generan. La automatización de procesos y el uso de herramientas predictivas permiten mitigar estos riesgos, mejorando la seguridad y reduciendo el impacto negativo que conllevan estos accidentes”, indicó Cristian Molina, Gerente de Operaciones de Tres60.
“Las pequeñas y medianas empresas deben tener acceso a las mismas herramientas de seguridad que las grandes compañías, incluyendo el trabajo cultural que desarrolla en estas organizaciones. No se trata solo de normativas, sino de garantizar que todos los trabajadores, sin importar el tamaño de la empresa, tengan las competencias adecudas, la cultura correcta y la tecnología necesarias para prevenir accidentes”, agregó Cristian.
En la actualidad, la región de Antofagasta sigue siendo uno de los focos de la minería chilena, con la mayor concentración de yacimientos de cobre y otros minerales. Sin embargo, la mediana minería de la zona, aunque crucial para la producción nacional, enfrenta serias dificultades para cumplir con las normativas de seguridad. Las empresas de este sector, que en su mayoría son de capital nacional y familiares, luchan por disponer de los recursos necesarios para implementar tecnologías avanzadas de monitoreo y control de riesgos.
“A medida que la industria minera crece, se hace necesario incorporar innovación en el control de riesgos. Las empresas que no lo hagan corren el riesgo de seguir siendo vulnerables a accidentes que, a largo plazo, pueden tener un costo social y económico muy alto”, concluyó el ejecutivo.
Equipo Prensa
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