Por Claudio Martinelli, director general para Américas en Kaspersky
Ya sea que tengas una pequeña firma de contabilidad, seas el vendedor de seguros de una pequeña comunidad o dirijas una empresa de transporte con cinco camiones, eres una de las millones de Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) que son el motor de la economía global. Representando 90% de las empresas en todo el mundo, las PyMEs emplean una parte significativa de la fuerza laboral y son un contribuyente sustancial al PIB global. Sin embargo, en la era digital actual, este sector enfrenta una creciente amenaza: los ciberataques.
Un ciberataque es cuando los criminales utilizan redes informáticas a través de internet para intentar recolectar, interrumpir, negar, degradar o destruir recursos de sistemas de información o bien la información contenida en computadoras y redes informáticas.
Aunque puedas tener un sistema de seguridad de alta gama en las instalaciones de tu negocio y vehículos, rejas en las ventanas y buenas cerraduras para prevenir ataques físicos, un ciberataque es invisible y puede ir desde violaciones de datos hasta infecciones de ransomware, la principal amenaza para las empresas, incluyendo los pequeños negocios, pues permiten a los atacantes secuestrar su información, volviéndola inaccesible hasta que paguen un rescate a cambio de recuperarla.
Datos de Kaspersky revelan que las pequeñas y medianas empresas pagaron un promedio de $6,500 dólares tratando de recuperar su información tras un ataque de este tipo, aunque esta es solo una parte del panorama. En realidad, el costo promedio para las PyMEs por un incidente de vulneración de su información puede ascender a más de $120,000 dólares, considerando los gastos de recuperación, interrupción de sus procesos y operaciones o multas por parte de los reguladores locales, así como daños a su reputación y a la relación con sus clientes y proveedores
Para prevenir estas consecuencias, las PYMEs deben desarrollar una cultura de ciberseguridad cuyo objetivo principal sea proteger los datos como su recurso más valioso. Esto implica no solo implementar medidas básicas de ciberseguridad, sino también establecer planes de respuesta ante ciber incidentes, al igual que lo hacen las grandes empresas. Entre estas medidas se incluye el uso de mecanismos de autenticación que aseguren que solo las personas autorizadas tengan acceso a información confidencial, como cuentas financieras o datos personales de clientes y empleados. De esta manera, se previene el uso, divulgación, modificación o destrucción no autorizada de la información.
La mala higiene de seguridad es una falta general en la mayoría de las PyMEs, cuyos empleados incurren en errores como el uso de contraseñas débiles, usar software pirata, ignorar las políticas de seguridad de la empresa. Este tipo de error humano es la fuente del 82% de las violaciones de datos y algo de lo que los actores de amenazas suelen aprovecharse. La higiene cibernética debe ser parte de la rutina diaria de tu equipo, por lo que es recomendable educar a los empleados sobre las mejores prácticas de ciberseguridad, como el uso de contraseñas fuertes, realizar todas las actualizaciones de software en los equipos y hacer copias de seguridad con regularidad, entre otras acciones.
En esta era digital, una herramienta de ciberseguridad es la alternativa para los emprendedores que necesitan centrarse 100% en su negocio y requiere una solución de seguridad que proteja sus transacciones en línea, alerte contra nuevas vulnerabilidades y sobre todo, tenga una interfaz fácil de instalar y gestionar.
Las PyMEs, de pequeño no tienen nada, estas empresas son esos actores casi invisibles que todos los días realizan tareas titánicas: mantienen a flote el negocio, se abastecen de insumos, atienden clientes, consiguen el flujo de dinero indispensable para operar, pagan nóminas. Esos retos parecen menores ante el desafío que representan las amenazas cibernéticas porque éstas ponen en riesgo su supervivencia. Optar por la ciberseguridad hace la diferencia y permite a los dueños de estos negocios, dedicarse a producir para seguir contribuyendo a la generación de empleos e impulsando la economía global.
Equipo Prensa
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