En los últimos meses, Santiago ha sido testigo de una serie de cortes de luz que han dejado a miles de familias en la oscuridad. Estos cortes no sólo interrumpen nuestras rutinas diarias, sino que también ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de las personas más vulnerables en nuestra sociedad: las madres y mujeres cuidadoras.
Enel, la empresa encargada de suministrar electricidad en nuestra ciudad, ha demostrado una incapacidad preocupante para resolver esta crisis de manera efectiva. Cada apagón prolongado se convierte en un desafío, especialmente para quienes cuidan de niños pequeños, personas mayores o familiares enfermos.
La electricidad no es un lujo, sino una necesidad básica. Es la energía que alimenta los equipos médicos, los refrigeradores donde se conservan alimentos y algunos medicamentos esenciales, como la insulina, y la iluminación que proporciona seguridad en la oscuridad. Las interrupciones en el suministro eléctrico dificultan la preparación de comidas adecuadas afectando la conservación de alimentos, lo que puede llevar a problemas de salud.
Las madres que dependen de dispositivos médicos para el bienestar de sus hijos se encuentran en una situación desesperada. La falta de electricidad significa que estos dispositivos no pueden funcionar, poniendo en peligro la continuidad de su vida.
Para las mujeres cuidadoras de personas mayores, los cortes de luz son igualmente devastadores. Los adultos mayores, a menudo con movilidad reducida, dependen de una iluminación adecuada para moverse con seguridad en sus hogares. Sin ella, el riesgo de caídas y accidentes se incrementa considerablemente. Además, la falta de calefacción en invierno puede agravar condiciones médicas preexistentes, poniendo en peligro la vida de nuestros seres queridos.
Sin electricidad, las tareas cotidianas se vuelven casi imposibles y los riesgos se multiplican. Enel debe asumir su responsabilidad y trabajar con urgencia para solucionar estos cortes de luz frecuentes y extensos. Las excusas y promesas vacías no son suficientes. Necesitamos acciones concretas y soluciones sostenibles que garanticen un suministro eléctrico continuo y confiable para todos los hogares.
Como sociedad, debemos alzar la voz y exigir que se priorice la estabilidad del suministro. La electricidad es parte de los servicios básicos y su falta no puede ser tolerada en ninguna ciudad de Chile. Hago un llamado a Enel y a las autoridades correspondientes para que tomen medidas inmediatas y efectivas, así como de sostén mientras resuelven las fallas de reposición del servicio y reparación del daño. Las vidas y el bienestar de muchas mujeres y sus familias dependen de ello. No podemos permitir que la vulnerabilidad de nuestras madres y cuidadoras siga siendo ignorada.
Libertad Méndez Núñez
Médica Ginecóloga
Equipo Prensa
Portal Innova