TIEMPOS DE CAMBIO, TIEMPOS DE OPORTUNIDADES

No cabe duda de que estamos viviendo momentos difíciles a nivel mundial. Una guerra que azota a parte de Europa, escasez energética y alimentaria, y otros múltiples factores que están impactando en las economías mundiales, generando incertidumbre y frenando el crecimiento y bienestar de las naciones.

En este complejo escenario, debemos focalizarnos en buscar e impulsar oportunidades, para avanzar en este mar de inestabilidades que probablemente será una constante por los próximos años.

Dentro de este panorama, el término “dependencia” toma un nuevo protagonismo y se hace cada vez más audible a medida que el precio de los combustibles fósiles sigue subiendo. Junto a esta preocupación, surge entonces la necesidad de buscar soluciones que aporten a la seguridad energética.

En el último foro Latin America Energy Week 2022, se realizó un estudio entre 530 participantes (la mayoría de ellos expertos en asuntos energéticos y medioambientales) cuyas conclusiones mostraron el alto potencial que tiene nuestra región para acelerar su desarrollo en base a la energía y especialmente a través de una matriz energética baja en carbono. Claro que para ello hay que prepararse hoy, y debe existir la voluntad y la coordinación interregional para que la aspiración se convierta en realidad.

En este sentido, la principal prioridad identificada en el estudio es la de lograr una expansión acelerada de las energías renovables. Si bien los avances de los países en la región son buenos, aún queda un largo camino por recorrer, y hoy se cuenta con una tecnología madura para implementarla y costos muy competitivos.

Otro punto relevante señalado en el reporte es el del almacenamiento de energía, ya que una expansión masiva de las renovables requiere capacidad para almacenar energía de forma eficiente y segura.

El tercer punto prioritario de la encuesta está relacionado con la descarbonización de la industria, aspecto clave para lograr un desacople entre el crecimiento económico y el nivel de emisiones.

Por último, los encuestados consideraron que la resiliencia de los sistemas energéticos y la concreción de una transición justa son aspectos también importantes. Para lograr la aceptación social, es necesario abordar cuestiones como la equidad de la distribución, y aumentar el número de personas que tienen acceso a un suministro de energía estable y confiable, algo que no en toda nuestra región está garantizado.

A partir de estas conclusiones se plantea entonces una pregunta central: ¿cómo avanzar para hacer de nuestra región una potencia energética, que logre apalancar su desarrollo y permita además responder a la demanda de otras regiones, contribuyendo a la descarbonización en el nuevo contexto global?

Según los encuestados, hay tres áreas principales sobre las que debe hacerse foco para contribuir a este desarrollo: las políticas, la financiación y la cooperación. La tecnología ya no es considerada una barrera hoy en día.

La conclusión de este estudio es que América latina se encuentra frente a una ventana de oportunidad única para expandir su rol en el mercado energético internacional: En el corto y mediano plazo, la región puede suministrar petróleo y gas a los países afectados por la guerra, que necesitan imperiosamente de nuevos proveedores confiables. En el mediano y largo plazo, la región puede posicionarse como uno de los principales productores mundiales y exportadores de energías renovables e hidrógeno verde.

Debemos trabajar proactiva y colaborativamente, sectores público y privado, productivos y académicos, regiones y países, para concertar y articular los mecanismos que permitan que esta visión estratégica se haga realidad. Son tiempos de cambio, y de grandes oportunidades que no debemos desaprovechar.

 

Por Javier Pastorino, Managing Director Siemens Energy Sub Region South America

 

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