¿Cómo sería la realidad de Chile si pudiésemos, después de un devastador incendio, reemplazar cientos de casas destruidas en un par de días? Claramente ya no seríamos un país en vías de desarrollo, sino uno avanzado en donde el concepto de la vivienda digna podría convertirse en una realidad transversal para toda la sociedad. El último gran incendio que afectó a la Región de Valparaíso produjo estragos y pérdidas totales en más de 15.000 viviendas, cuya etapa de reconstrucción todavía requiere una mayor celeridad de parte de diversos actores. Sin duda, esta es una realidad lamentable, en especial por el sufrimiento de miles de familias que ven el sueño de la casa propia convertido en cenizas.

Ahora bien, tenemos una oportunidad como país de poder cambiar dicho paradigma con los Métodos Modernos de Construcción (MMC), sobre todo al tener presente que el sector de construcción e inmobiliario está en una crisis producto de los vaivenes económicos a nivel mundial y también de algunas secuelas que han afectado a dicho mercado desde la pandemia del Covid-19, por ejemplo, con el encarecimiento de materiales. Actualmente, países como China, Reino Unido, España, Australia, Alemania y Estados Unidos están liderando los MMC, desarrollando proyectos que consiguen implementarse en un par de días, siempre manteniendo la calidad de los materiales y la performance de las viviendas.

Los MMC deben entenderse como un enfoque innovador que busca mejorar la eficiencia, sostenibilidad y calidad en la construcción, en comparación con los métodos tradicionales. Su distinción está en la utilización de métodos modernos y disruptivos, los que contemplan la construcción en 2D y 3D, entre otros procesos. Aquí el concepto clave es la prefabricación de componentes, los que finalmente se ensamblan con una mayor eficiencia. A ello se suman herramientas digitales y tecnologías que incluyen la robótica para diseñar, planificar y ejecutar proyectos de construcción. De esta forma, los procesos tradicionales se reemplazan por una experiencia digital mucho más eficiente.

La experiencia de Reino Unido demuestra la efectividad de los MMC, especialmente con ahorros en costos de construcción de entre un 20% y 40%, a lo que se añade un importante cambio cultural en los procesos y metodologías de trabajo. No obstante, hay una señal que es mayor y que no siempre es medible en relación con cifras, puesto que los MMC tienen el potencial de generar un gran impacto social. Familias que lo han perdido todo, en un par de días, pueden reconfigurar una cierta normalidad que de ninguna forma es pasajera, sino más bien permanente. Los MMC consideran soluciones definitivas y de alta calidad, aspectos que inciden en una menor agonía en personas afectadas por diversos tipos de tragedias.

Para que podamos avanzar en los MMC, es crucial potenciar estas metodologías en las nuevas generaciones de arquitectos, constructores e ingenieros. No sólo como ámbitos que contribuyen a la rentabilidad del sector de la construcción, sino como enfoques disruptivos dirigidos a dar soluciones inmediatas con una mirada social. Ya no basta con realizar campañas de ayuda. La clave es actuar anticipadamente con la aplicación de procesos que potencien la construcción de viviendas con una mirada de futuro, pero siempre desde los anhelos y preocupaciones de las personas.

Félix Escudero
Gerente general de TWH

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