Por Sofía Arrigoni Quintela, Directora de Aprimin, gerente general de Arrigoni Ambiental y Proindar y reconocida como una de las 100 Mujeres Líderes del 2022.

Con el objetivo de consolidar una minería sustentable por medio de la eliminación de relaves críticos a 2030 y la no superación del 5% de agua continental de las aguas totales utilizadas por la industria al 2040, el Ministerio de Minería dio a conocer en 2021 su Política Nacional Minera 2050, con el propósito de  posicionar a Chile como un referente en la correcta gestión de sus recursos y el medioambiente. Una tarea que hasta hoy, sabemos se logra con proyectos determinantes, medidas que apuntan a la carbono neutralidad y la aplicación de un modelo de economía circular.

La minería sustentable no solo impone y exige al rubro actuar de forma diferente, sino que también educa y concientiza sobre la importancia del cuidado del entorno; un escenario donde los proveedores de la minería pueden proponer y entregar soluciones para el desarrollo de una producción sostenible en el corto, mediano y largo plazo. No olvidemos que la industria minera es uno de los motores más importantes del desarrollo socioeconómico de Chile, siendo clave en el desarrollo del futuro tecnológico del país y un referente para combatir la crisis climática que estamos enfrentando como humanidad.

El contexto anterior define algunos de los principales desafíos de la minería en Chile, ya sean cambios en los procesos productivos, escasez de recursos naturales, como también por las mismas exigencias que imponen el actual marco regulatorio y comunidades cercanas. Al mencionar la minería, nos referimos a todos quienes participan directa o indirectamente en su ciclo productivo, donde Aprimin en particular, cumple un rol estratégico al aportar soluciones y tecnologías para enfrentar con éxito estos desafíos.

Chile atraviesa la sequía más grande de su historia. Para la minería, el agua es un recurso esencial, pues cada vez se necesitará más de ella debido a las decrecientes  leyes de mineral en los yacimientos en explotación. En esta materia, la industria está invirtiendo de manera importante en procesos de desalación de agua de mar para reemplazar el agua de origen continental, liberando esta última para el consumo humano, agrícola, o dentro del mismo ecosistema. Sin embargo, es necesario también enfocarse en la mitigación de fugas y el uso de agua recirculada.

Adicionalmente, la minería está íntimamente ligada a la carbono neutralidad debido a que es difícil pensar en completar una transición energética sin los minerales. Su rol es clave, en particular para desarrollar la electromovilidad, donde minerales como el cobre y el litio resultan indispensables; el primero por su importancia para la transmisión de la electricidad y el segundo, un elemento prioritario para la producción de baterías. En datos: la International Copper Association, indicó que la demanda de cobre en un vehículo eléctrico es de tres o cuatro veces mayor que uno a combustión; mientras que en el caso del litio, un modelo de auto Tesla Model S, tiene alrededor de 10 kilos de este mineral sólo en su batería.

Dicho esto, las necesidades emergentes requieren de producciones progresivas a gran escala. En Chile, un reciente estudio de la Comisión Chilena del Cobre, reveló que si sólo se vendieran vehículos eléctricos para 2040, la demanda incremental global de cobre llegaría a los 9,6 millones de toneladas, lo que implicaría posiblemente un alza en sus precios y en consecuencia mayor recaudación para la nación.

Siendo consecuentes con lo anterior, en Aprimin hemos participado en un trabajo liderado por Codelco y que cuenta con la ejecución de Alta Ley, a través del cual se elaboró una calculadora de emisiones de carbono en alcance tres (proveedores). Este instrumento estará disponible para ser usado de forma gratuita por empresas proveedoras de la minería que quieran avanzar en esta materia, ya que creemos que es importante el desarrollo de una metodología estandarizada, clara y definida.

Otro factor importante es la Ley REP (Responsabilidad Extendida al Productor), legislación que comenzará a operar en enero de 2023. Esta ley define, a través del Decreto Supremo Nº8 de 2021, las metas de recolección y valorización asociadas a los NFU (Neumático Fuera de Uso). Respecto a los neumáticos mineros, las metas son desafiantes, parten el 2023 con una recolección de un 50% y una valorización del 25% del total, llegando al 100% en ambos procesos al 2031.

No cabe duda que actualmente el cobre es el principal recurso natural producido en Chile, y ha representado aproximadamente el 11% del PIB y el 55% de las exportaciones durante la última década, números que podrían crecer si consideramos la oportunidad de trabajar y asegurar el abastecimiento de este metal para un planeta que busca alcanzar la carbono neutralidad.

Estamos frente a una oportunidad histórica, que nos desafía constantemente a tomar decisiones y actuar rápido, con acciones concretas, que nos permitirán seguir impulsando el futuro y la sustentabilidad en nuestra actividad.

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