Con el reciente anuncio del proyecto del tren de pasajeros entre Santiago y Valparaíso, que es una excelente noticia para la conectividad de ambas ciudades, la infraestructura para el desarrollo de esta iniciativa reúne todas las miradas. De hecho, ha sido una de las justificaciones del trazado elegido en esta primera etapa que estará operativa el año 2030.
En este sentido, es bueno recordar que la infraestructura no sólo corresponde a la física como vías, estaciones o los mismos trenes, sino también está la infraestructura digital que puede ser primordial en este tipo de servicios.
La puntualidad es fundamental para las empresas del sector del transporte. Esta industria no puede permitirse retrasos ni latencia, ni en sus sistemas informáticos backend (plataformas o aplicaciones para el usuario final) ni en sus servicios de cara al cliente. Es por eso que contar con una infraestructura digital sólida es fundamental.
Una solución es situar esta infraestructura más cerca de los usuarios y de los lugares donde se realizan las transacciones para reducir retrasos y optimizar costos. Además, permite mejorar la experiencia del cliente. Por ejemplo, los viajeros quieren una experiencia de reserva rápida y sencilla en su sitio web o aplicación móvil, junto con información de viaje precisa y recomendaciones personalizadas para que se sientan cómodos durante el traslado.
Por eso, las empresas de transporte dependen de socios tecnológicos, como proveedores de redes y de la nube, sistemas de reservas, entre otros, que les den la capacidad de conectarse de forma rápida y segura, además de impulsar las oportunidades de innovación conjunta.
Algunas empresas de transporte se han mostrado reacias a utilizar infraestructuras digitales por sus requisitos de seguridad y su dependencia de otros equipos físicos, pero esta tendencia está empezando a cambiar a medida que los proveedores de viajes y transporte ven las grandes ventajas de las infraestructuras y servicios digitales.
La mejor forma de preparar estos servicios para el futuro es planificar de proactivamente lo que está por venir y, como nos ha enseñado el pasado reciente, no siempre podemos predecirlo, por lo que se necesita una mayor flexibilidad de la infraestructura y considerar desde el inicio todas las aristas de ésta.
Equipo Prensa
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