Esteban Romero, VP of Global Sales de ITQ one

Es muy difícil establecer con claridad los plazos de retorno de inversión (ROI) en algo tan innovador como la Inteligencia Artificial. Sin embargo, podemos considerar que, al final del día, la IA es un activo que tiene un potencial de valor creciente, el cual se volverá cada vez más relevante a nivel global. 

En efecto, es probable que las empresas estimen un plazo de 1 a 3 años para comenzar a ver algún retorno, aunque esto dependerá en gran medida del sector y de la madurez tecnológica de cada empresa. En esa línea, podríamos referirnos a aquellas organizaciones que adoptan la IA de manera efectiva, como las «FORTUNE AI 100», ya que representan un grupo que maximiza este tipo de inversiones.

Lo cierto, es que en este ámbito es necesario tener presente que cualquier inversión en tecnología emergente conlleva un nivel de riesgo significativo, especialmente al analizarla desde la perspectiva de las personas, los procesos y la tecnología. Si estos elementos no están alineados, es poco probable que se logren los objetivos deseados. En términos prácticos, podemos considerar un rango de tiempo de entre 3 a 5 años para obtener retornos significativos. Este tiempo adicional se justifica por la necesidad de adaptarse, aprender y optimizar el uso de la tecnología antes de empezar a ver resultados tangibles.

En ese sentido, es fundamental adoptar un enfoque más equilibrado: «Underpromise, Overdeliver» que establezca expectativas razonables y, al mismo tiempo, superarlas a través de resultados significativos. De ese modo, se puede mantener un enfoque en el ROI bajo control, asegurando que se valore no solo el retorno inmediato, sino también las mejoras en la eficiencia y la satisfacción del cliente que la IA puede generar a largo plazo.

Retornos más notorios y precauciones

Claramente, estamos viendo un auge en la utilización de la IA en el análisis de datos y la personalización de experiencias para el consumidor. Además, los consumidores en el sector B2C son quienes lideran la adopción de IA, lo que requerirá tiempo para recolectar y analizar datos que apoyen la toma de decisiones. Por lo tanto, es probable que las empresas que inviertan en la explotación de datos vean retornos más rápidos.

No obstante, es clave tener un mapa de ruta de IA (AI Road Map) para cada departamento, especialmente en el área de ciberseguridad. Asimismo, es crucial evaluar el alcance de la adopción de IA y entender en qué aspectos la empresa puede cambiar de un enfoque tradicional a uno impulsado por IA sin perder valor en sus operaciones. Es vital también avanzar con cuidado y prudencia, asegurándose de que cada iniciativa de IA esté bien alineada con los objetivos estratégicos de la organización y no comprometa las operaciones existentes de la empresa.

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