- Esperan que la inyección de liquidez afecte positivamente a este sector y que la morosidad disminuya, gracias a dineros extras con que la gente dispondrá a hasta noviembre de este año. Una realidad que se vivió con el primer retiro, pero que no se replicó en los siguientes.
Un IFE extendido hasta el mes de noviembre, sumado a un Ingreso Laboral de Emergencia (ILE) para todas aquellas personas que encuentren trabajo y a la entrega un posible cuarto retiro del 10% o incluso del 100% de los fondos de las AFP, hacen que el panorama para los chilenos los enfrente a una liquidez sin precedentes, que, si bien es momentánea, es aprovechada por muchos, ya sea para el consumo o para otro tipo de gastos.
Son recursos con los que las personas no contaban y que en un panorama en la que cientos de personas tienen al menos cuatro o más cuentas impagas, según la Asociación Nacional de Servicios Sanitarios, por lo que la recomendación es cumplir con obligaciones contraídas para beneficios personales o familiares, que en un momento dieron mayor bienestar o en casos comodidad o incluso fueron destinadas para cubrir necesidades imperiosas.
Por lo mismo, no podemos olvidar su origen y el no pago genera daños irreparables en la economía y por extensión a las empresas y a sus familias.
“El primer retiro del 10% que se realizó hace exactamente un año y en ese momento la morosidad bajó en un 30%, algo que esperamos que se replique este año, tanto si se concreta un cuarto retiro, o también utilizando los recursos de beneficios del Estado, que se extenderán hasta el mes de noviembre”, explica Alberto Gerszencvich, gerente general de la empresa Remesa (www.remesa.cl)
La preocupación para el experto en gestión de cobranza es, qué pasará cuando pare la entrega de recursos. El temor es encontrarnos con un Estallido 2.0 y con empresas totalmente destruidas, especialmente Pymes, y con un endeudamiento aún mayor. “No es positivo que se esté incentivando el empleo informal, que tengamos escasez de mano de obra y no incentivar los pagos a las deudas, porque las deudas se pagan tarde o temprano”.
“Hasta el momento sólo se ha incentivado el no pago con las postergaciones y contar con una liquidez momentánea, que no es eterna y que es solo un espejismo de una bonanza económica que no existe. La extensión del IFE no le hace un gran favor a la economía nacional, porque no incentiva la reactivación, si no el consumo. Sin embargo, si esos recursos se aprovechan con un fin como la disminución de la deuda, el panorama puede cambiar”.
Alberto Gerszencvich, recuerda que, tras un muy buen primer retiro, con el segundo los recursos se destinaron al consumo, principalmente por la cercanía de la Navidad y de las vacaciones. Luego, el tercero, también se enfocó en el consumo, y solo una parte fue para el pago de deudas. Ahora, que la reactivación está en proceso, se espera que el destino de estos nuevos dineros sea más efectivo y que ayude a las personas, para no estar más endeudados.
“Las deudas no desaparecen. Por el contrario, se acumulan y luego se cobran todas juntas, en momentos en que las personas ya no tienen liquidez. Exponerse a eso, es riesgoso para la economía de las personas, y mucho más para las Pymes, que no logran cobrar sus cuentas, y muchas veces quiebran, aumentando así el desempleo”, agrega el experto.
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Equipo Prensa
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