Tras cuatro años comercializando productos que reemplazan los plásticos de un solo uso, I Am Not Plastic implementó esta nueva área para ofrecer soluciones a medida y acorde a las necesidades de cada compañía.
Sin duda, la contaminación por plásticos sigue siendo uno de los grandes problemas medioambientales. Según cifras de Nat Geo, la producción de este material ha aumentado exponencialmente de 2.3 millones de toneladas en 1950 a 448 millones de toneladas en 2015, proyectando que esta cifra se duplique para 2050. Con esta problemática en mente, la start up chilena I Am Not Plastic comenzó hace 4 años a comercializar productos que mantienen lo bueno del plástico, pero son 100% biodegradables y compostables, es decir, se biodegradan en 180 días, en lugar de 500 años.
Fue en ese camino que notaron que, para tener un impacto real, debían abarcar también el mundo de las empresas, ya no con productos concretos, sino que asesorándolas para evaluar su propia realidad y crear en conjunto soluciones, de distintas materialidades, para reducir su huella plástica. “Muchas empresas se nos acercaban asegurando que querían hacer mejoras en cuanto a sustentabilidad, pero no sabían por dónde empezar, ni cual podía ser el camino. Ahí entramos nosotros, para analizar toda la operación e identificar en qué puntos hay plásticos de corta vida que pueden reemplazarse por otras materialidades. Luego, con innovación y tecnología, diseñamos las distintas soluciones y las ponemos en práctica. Así, cubrimos el ciclo completo y nos aseguramos de estar impulsando cambios reales”, comenta Rodrigo Sandoval, CEO y fundador de I Am Not Plastic, añadiendo que esta nueva línea de trabajo coincide con una renovación visual de la marca que busca, justamente, acercarse más a la dimensión corporativa.
Si bien este eje de acción comenzó a operar oficialmente en 2025, desde la firma aseguran que ya han tenido exitosas experiencias piloto que, justamente, los impulsaron a poner más foco en estas materias. “No siempre la solución son los bioplásticos, que es la materialidad de los productos que continuamos vendiendo, pero siempre apuntamos a la compostabilidad. Con una reconocida marca de sushi, por ejemplo, renovamos todas sus cajas de delivery que eran plásticas, reemplazándolas por otras 100% compostables y reciclables. Asimismo, nos adentramos en la industria gastronómica, creando junto con ellos soluciones para sacar los plásticos de corta vida de las cocinas. Así, dimos vida a nuevas mangas pasteleras y bolsas de sellado al vacío que son igual de prácticas, pero sin plástico”, detalla Sandoval.
En cuanto a las proyecciones, el ejecutivo afirma que, en paralelo a esta línea de acción, seguirán comercializando sus productos dirigidos a los hogares, que incluyen film adherente, bolsas de basura y multiuso con cierre hermético, bombillas y bolsas para desechos de mascotas, entre otros. Seguir avanzando en este desafío es crucial, ya que “según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la contaminación por plásticos podría reducirse en un 80% de aquí a 2040 si los países y las empresas realizan profundos cambios en sus políticas y mercados utilizando las tecnologías existentes. Definitivamente, menos plástico, es un mejor futuro”.
Equipo Prensa
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