Nuevos equipos en CeTA:
Uno de los principales desafíos para la elaboración de alimentos innovadores suele ser que éstos cuenten con la textura deseada por los consumidores. El Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), ha adquirido recientemente un texturómetro, donde la innovación se fusiona con la precisión a través de este instrumento diseñado para cuantificar con objetividad las propiedades texturales de los alimentos y de esa forma poder replicarlas en las formulaciones. Este dispositivo que puede determinar de manera precisa la fórmula para líquidos y cremas o sólidos como hamburguesas y cereales, impulsando la eficiencia y la calidad a la hora de formular productos innovadores y con valor agregado.
“Contar con un texturómetro en CeTA permite entender las implicancias de la mezcla de ingredientes con una rapidez sin precedentes, al ajustar y perfeccionar las recetas según la textura deseada, acelerando las decisiones en el laboratorio”
Daniela Alvarado,
Jefa de Desarrollo y Calidad de CeTA
Revisa la entrevista para saber sobre el funcionamiento del texturómetro, su aporte para empresas de distintos tamaños y sus ventajas comparativas respecto de otros mecanismos de evaluación:
¿Para qué sirve el texturómetro?
En términos simples, el texturómetro es un “oráculo culinario” que, mediante la aplicación meticulosa de fuerzas mecánicas, revela las propiedades texturales de los alimentos. Desde la dureza hasta la elasticidad, pasando por la cohesión y adhesividad, este dispositivo genera datos cuantitativos que trascienden la subjetividad. Es un aparato que desbloquea las claves para entender cómo los ingredientes se entrelazan y cómo las condiciones operativas impactan en la creación de desarrollos alimentarios.
¿Qué productos o procesos se pueden realizar con esta tecnología?
La versatilidad del texturómetro es impresionante, puede establecer los parámetros para emulsiones como mayonesas, postres elaborados como flanes y alimentos completamente sólidos como hamburguesas y cereales para el desayuno. Su papel es crucial extendiéndose incluso al mercado de alimentos para mascotas, donde se erige como el guardián de los estándares de calidad consistentes.
¿Por qué es importante que CeTA lo tenga?
Contar con un texturómetro en CeTA no significa solamente integrar tecnología de punta, sino que responde al compromiso de CeTA con impulsar innovaciones alimentarias con calidad y eficiencia tanto en costo como en tiempos de desarrollo. Este instrumento permite entender las implicancias de la mezcla de ingredientes con una rapidez sin precedentes, al ajustar y perfeccionar las recetas según la textura deseada, acelerando las decisiones en el laboratorio.
¿En términos de costo y plazos, tiene alguna ventaja respecto de tecnologías similares?
Comparado con alternativas como la evaluación sensorial con paneles de expertos, el texturómetro es una vía directa, rápida y económica. La coordinación, el tiempo y los recursos que otras metodologías requieren no logran competir con la eficiencia y precisión del texturómetro.
¿Qué atractivo puede tener esta maquinaria para grandes, pequeñas y medianas empresas?
Para las grandes industrias, el texturómetro entrega la capacidad de establecer con precisión las condiciones operativas en la línea de producción, eliminando variaciones sensoriales y garantizando la uniformidad del producto final.
Para las pequeñas y medianas empresas, permite orientar el camino hacia nuevos desarrollos, ya al poder caracterizar los líderes del mercado, entrega a los emprendedores información valiosa que les permitirá alinearse con las expectativas del consumidor y mejorar sus posibilidades en la competencia.
Equipo Prensa
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