- Pese a los avances logrados, los esfuerzos en materia de clima exigen una aceleración sin precedentes. Las políticas y acciones actuales proyectan un aumento de la temperatura de 2,7 °C (sin cambios desde las tres COP anteriores), lo que genera llamados urgentes a la reforma y a un “cambio de la negociación a la implementación”.
La conferencia no estuvo a la altura de las expectativas (para algunos, considerablemente), pero hubo varios resultados notables. Los países desarrollados prometieron al menos 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035 para apoyar a los países en desarrollo más afectados por el cambio climático, un aumento respecto de los 100.000 millones de dólares prometidos hasta 2020 e incluye un llamado a los financiadores privados y públicos para que apoyen la ampliación de esta inversión a 1,3 billones de dólares anuales. También se avanzó en la formalización de los mercados de carbono, la ampliación de las inversiones en energía renovable y el fortalecimiento de las políticas para abordar las emisiones de metano.
Dado que 2024 será el año y la década más calurosa de los que se tenga registro, desde Bain creen que la urgencia de abordar el cambio climático seguirá intensificándose. En este camino, el rol de los líderes corporativos será central para dar forma a la transición y mitigar las consecuencias negativas del cambio climático a nivel global.
Para Bain, los CEOs deben tener a la economía como eje central de su estrategia de transición y su camino hacia la descarbonización. En este sentido, el rol de la innovación será fundamental para descubrir oportunidades rentables a través de productos descarbonizados y con bajas emisiones de carbono, respaldados por una cadena de suministro baja en carbono que mejore tanto la resiliencia como la rentabilidad.
Un segundo factor clave será potenciar el trabajo colaborativo mediante alianzas y coaliciones más sólidas en toda la cadena de valor para abordar los obstáculos de la transición, compartir conocimientos, aunar recursos, desarrollar conjuntamente soluciones para los ecosistemas e impulsar resultados colectivos.
Finalmente, desde la consultora destacan también la relevancia de desarrollar una comprensión clara de los riesgos físicos y de transición climáticos y cómo podrían afectar la estrategia de cartera de las empresas y las operaciones de principio a fin. Para abordar este desafío, proponen que los líderes empresariales establezcan indicadores para monitorear y adaptarse al ritmo cambiante de los riesgos de transición climática.
De cara a la COP30 en Brasil, desde Bain esperan ver una acción global unificada para fortalecer las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), y así brindar claridad sobre la mejor manera de movilizar el financiamiento climático y asegurar compromisos más firmes para abandonar los combustibles fósiles.
Equipo Prensa
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