• Los departamentos en zonas lacustres dejaron de ser una inversión destinada para los fines de semana o vacaciones. La demanda por residencia definitiva y el consiguiente desarrollo urbano, está cambiando los balnearios por ciudades dormitorio.

A partir de las primeras cuarentenas en 2020, ciudades como Villarrica, Pucón, Puerto Montt y Puerto Varas comenzaron a recibir la migración de cientos de santiaguinos que buscaban una mejor calidad de vida. La alta demanda dinamizó el mercado de vivienda nueva desde la Araucanía hasta Aysén, convirtiendo el 2021 en uno de sus mejores años en términos de venta, alcanzando un 34,6% más que el año anterior, según datos de Tinsa.

Este fenómeno modificó la configuración de la segunda vivienda, mercado que se concentra en departamentos cerca de lagos como el Villarrica o el Llanquihue. “Hace más de 10 años, comenzamos a notar esta evolución paulatina en Puerto Varas, que ya es una ciudad dormitorio, es decir, su principal función es residencial. Ahora lo estamos observando en Villarrica, donde los edificios que pensamos inicialmente 100% como segunda vivienda, como el condominio Costanera Villarrica, actualmente tienen la mitad de sus propietarios como residentes permanentes y la otra mitad, lo usan o arriendan durante las vacaciones o fines de semana largos”, explica Enrique Loeser, gerente Comercial de Inmobiliaria Altas Cumbres.

De acuerdo con el ejecutivo, existen cuatro razones que están potenciando esta mixtura en los proyectos de segunda vivienda. Primeramente, señala, se debe al cambio de mentalidad postpandemia, que provocó que muchas personas empezaran a valorar la calidad de vida que ofrecen las ciudades de regiones más allá de los confinamientos, “que se manifestó también en el cambio del perfil de los residentes, más joven, que busca el contacto con la naturaleza, con la comunidad y un estilo de vida más consciente”.

En segundo lugar, obedece a que ciudades que antes eran balnearios o más pequeñas, están experimentado el crecimiento y desarrollo que trae consigo está descentralización, con el mejoramiento de la infraestructura y la llegada de más servicios y comercio, como el nuevo Hospital de Villarrica o importantes obras viales en la región de Los Lagos.

Como tercera variable figura el valor de las propiedades, que sigue siendo muy competitivo y ofrece buena rentabilidad. Según datos de Tinsa, el valor de los departamentos en la zona de Pucón y Villarrica se ha mantenido estable, con un precio promedio de 4.318 UF en el tercer trimestre de 2021 frente a 4.248 UF que registró en el tercer trimestre de 2022. “Especialmente los santiaguinos se han dado cuenta que pueden acceder a un departamento nuevo al mismo precio que Ñuñoa, La Reina o Providencia, pero con muchos más metros cuadrados, con vistas al lago o insertos en zonas con gran valor paisajístico”, asegura Enrique Loeser.

La seguridad es otra razón que ha hecho que muchas personas migren y escojan un departamento para vivir. “Lo que a su vez atrae al cliente de segunda vivienda, ya que sienten que un edificio o un condominio donde hay personas habitando todo el año, es más seguro y se mantiene mejor”, sostiene el ejecutivo.

Como el resto del país, este mercado no ha estado exento de las complicaciones que ha provocado la inflación, el alza de tasas y el cambio en las condiciones de financiamiento, “por lo que activamos beneficios para facilitar el acceso a la vivienda, como el congelamiento de la UF para el pago del pie o a la devolución de seis dividendos al momento de firmar la promesa de compraventa, que puede alcanzar un monto entre $4.500.000 y $8.000.000 dependiendo el proyecto. Con esto logramos aliviar la carga financiera del pie o de la habilitación del nuevo hogar, que es muy importante para las personas en este contexto económico”, concluye el gerente de Inmobiliaria Altas Cumbres.

 

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