El cierre de las brechas de género representa un potencial de crecimiento desaprovechado, además de generar oportunidades para que las mujeres de la región alcancen su máximo desarrollo laboral y personal. En un libro reciente del BID que reúne evidencia para los países del Cono Sur – Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay-, se estima que la eliminación de barreras ocupacionales en la región supone ganancias en el PIB que varían entre 4% a más de 15% según el país. En el libro se exponen tres ingredientes clave que deben tener las intervenciones hacia la igualdad de género.
Potenciar el desarrollo de mujeres referentes
Las inversiones en capital humano femenino tienen un efecto multiplicador en el avance de la igualdad de género: apoyar a las niñas para que se conviertan en las mejores estudiantes tiene un efecto positivo en ellas y sobre sus futuras compañeras. Un estudio en Chile muestra que tener compañeros de clase del mismo sexo con mayor desempeño tiene efectos positivos sobre la graduación e ingresos. Además, las estructuras sociales que promueven las interacciones entre mujeres de alto y bajo desempeño podrían aumentar la equidad de género.
Un esfuerzo, a través de BID LAB, es WeXchange, una plataforma que conecta emprendedoras STEM de América Latina y el Caribe con mentores e inversores para que mujeres en esos campos puedan potencien su crecimiento.
Impulsar políticas urbanas sensibles al género
Las mujeres realizan más viajes diarios que los hombres, viajan más fuera de las horas punta, caminan o utilizan más el transporte público y dedican una parte importante de los viajes a las responsabilidades de cuidado, sobre todo en el quintil más bajo de ingresos. Estos resultados destacan la importancia de las políticas urbanas y de transporte sensibles al género para fomentar la participación de las mujeres en el mercado laboral y su autonomía económica.
Un buen ejemplo de esas prácticas es el uso de herramientas como las caminatas de género (gender walks) en el diseño de políticas urbanas para identificar necesidades y expectativas específicas, pensando en la generación de ingresos y espacios de emprendimiento para las mujeres.
Apoyar el desarrollo profesional de las mujeres en carreras tecnológicas
Existe creciente evidencia que muestra la existencia de patrones y sesgos de comportamiento y normas sociales que inciden en detrimento de la trayectoria laboral de las mujeres. Las mujeres en la región participan menos en carreras tecnológicas, que en general son mejor remuneradas y con mayor potencial de crecimiento. Además, según un estudio del BID, las mujeres en tecnología e ingeniería podrían estar sujetas a un mayor grado de discriminación en el mercado laboral que mujeres en otros campos.
Un compromiso compartido
Estos resultados nos llevan a priorizar el rol fundamental que tienen los hacedores de políticas públicas, el sector privado y los medios de comunicación para cerrar brechas de género. En particular, el tratamiento de la información de los medios de comunicación puede ayudar tanto a erradicar como a preservar estereotipos de género que ya existen en la sociedad.
En cuanto al sector privado, cada vez más empresas reconocen las oportunidades que surgen en un ambiente laboral más igualitario. La Iniciativa Paridad de Género (IPG), un modelo de colaboración público-privada, busca justamente la integración igualitaria de las mujeres en el ámbito laboral. Asimismo, muchas empresas han optado por obtener una certificación empresarial como forma de formalizar sus prácticas hacia la equidad de género, ya sea a través de certificaciones globales como EDGE, o nivel de certificaciones nacionales.
Por último, los gobiernos de la región están comprometidos con alcanzar estas metas y se están haciendo políticas públicas en esta dirección. Por ejemplo, en Chile, el nuevo gobierno está impulsando un gabinete paritario.
Equipo Prensa
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