Por Christian Rodiek, CEO de FirmaVirtual
La resistencia al cambio es parte de la historia de la humanidad. Cada hito que ha desafiado el status quo ha estado marcado por la oposición de quienes prefieren apegarse a lo conocido, antes que confiar en una nueva teoría o en una forma distinta de hacer las cosas.
La firma electrónica -regulada por la Ley 19.799 del año 2002- había sido subutilizada hasta la pandemia, desatada luego del primer brote de COVID-19 en el mundo, a fines de 2019. Pero, todo cambió cuando tuvimos que encerrarnos en nuestras casas, debido a las restricciones que buscaban disminuir los contagios.
En los últimos cuatro años, más de 1 millón de firmantes han elegido el cambio, sustituyendo la firma de puño y letra en papel por la comodidad y seguridad que ofrece FirmaVirtual.legal, que no solo logró generar alianzas con las notarías más vanguardistas de Chile, sino también cruzar la frontera para contribuir también a la calidad de vida de peruanos y mexicanos.
Sin embargo, aún queda camino por recorrer y resistencia por vencer. Recientemente, se hicieron públicos los mensajes de un notario que -sin pelos en la lengua y negándose a la digitalización- le comentó a una colega que “nadie tiene vocación de notario”. No podía estar más equivocado.
A la fecha, son varios los ministros de fe que discrepan con el argumento de su “colega”, que aseguró que el “lucro” era lo que movilizaba a las notarías. Así lo demuestran quienes -hasta la fecha- mantienen alianzas con FirmaVirtual, para entregar un mejor servicio y mejorar la calidad de vida de las personas, al evitarles filas y traslados.
La “vocación de notario” existe y se refleja en la certificación y protocolización notarial 100% en línea de miles de contratos. Pero, como ha sucedido frente a cualquier cambio histórico, tampoco han faltado quienes continúan resistiéndose a la transformación.
¿Miedo a lo desconocido? ¿Falta de vocación de servicio público? Sin importar la razón, la era digital no se detendrá y quienes elijan mantenerse en la estación de procesos obsoletos y engorrosos, simplemente, se quedarán atrás.
La adopción de nuevas tecnologías en el ámbito notarial no solo favorece la accesibilidad y la productividad, también se alínea con la urgente necesidad de mitigar el impacto de las actividades productivas, el transporte y el consumo de los millones de litros de agua que requieren los árboles utilizados en la fabricación de papel.