Carolina Erices. Ing. Comercial USM

En los últimos días, la volatilidad del dólar ha generado preocupación ante la posibilidad de superar los $1.000. Sin embargo, esta tendencia fue contrarrestada por una significativa disminución la semana pasada, marcando su tercera caída consecutiva. Este descenso coincidió con la divulgación de datos por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), que señalaron un avance en los indicadores comerciales e industriales de Chile en enero.

El INE informó que, tras 20 meses en números rojos, el Índice de Actividad del Comercio (IAC) experimentó un crecimiento anual del 2,9%, mientras que el Índice de Producción Industrial aumentó un 3,6% anual, siendo su mejor resultado desde agosto de 2021.

En Estados Unidos, se revelaron datos sobre el índice de inflación preferido por la Reserva Federal, reflejando un incremento del 0,4% respecto a diciembre y del 2,8% respecto al año anterior en el índice subyacente de Gastos de Consumo Personal (PCE). Este aumento del PCE, de un 0,3% el mes pasado, llevó a un incremento del 2,4% en la inflación del PCE, el más bajo desde febrero de 2021.

Tras estos datos, los operadores de futuros aumentaron las expectativas de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal en junio, con una probabilidad del 65%, mientras que los futuros del cobre de Comex experimentaron un leve aumento.

Actualmente, la atención se ha centrado en el indicador de actividad del Imacec de enero, cuyos resultados -2,5% en doce meses, la más alta desde junio de 2022- podrían reafirmar expectativas de crecimiento para este año, en palabras del ministro Mario Marcel. Este buen desempeño en el Imacec podrá fortalecer la corrección monetaria, beneficiando las intenciones del Banco Central de disminuir la tasa de interés en al menos 100 puntos básicos, sin el temor de que el dólar supere los $1.000.

Cabe la posibilidad de que el billete verde pudiera llegar a los $1.000, por distintos factores que, se proyecta, sean persistentes. El difícil escenario económico de China, uno de los principales socios comerciales de Chile, podría presionar el valor del dólar debido a su crecimiento económico más lento de lo esperado.

También, el comportamiento especulativo local, carente de fundamentos técnicos sólidos, podría ser perjudicial. Aunque la compra de dólares como inversión refleja estos efectos, el impacto puede ser más limitado de lo esperado. Sin embargo, el efecto cambiario del dólar impactará en los hogares chilenos, especialmente en la Canasta Básica de Alimentos (CBA), donde el 80% de los productos están indexados en dólares estadounidenses, aumentando su costo debido al cambio en la divisa.

Una posible intervención del Banco Central para moderar el precio del dólar se considera real debido al factor especulativo presente. Reducir las tasas es crucial para reactivar una economía en hibernación, especialmente con una cifra negativa de inflación en enero. Este contexto exige una vigilancia constante de los indicadores económicos y una gestión prudente por parte de las autoridades monetarias para garantizar la estabilidad y el bienestar económico del país.

 

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