Por Rolando Cáceres, constructor civil UC, fundador y CEO de Builder

Administrar un proyecto de construcción es muy  complejo y necesita mucha creatividad para mantener tiempos y presupuestos al día. De ahí la necesidad de apoyar ese proceso con  plataformas integradas de gestión que faciliten el acceso a información de valor, clave para la gestión y toma de decisiones en esta área.

Una metodología fundamental para lo anterior es  Last Planner System, LPS, pues permite gestionar los flujos de trabajo y garantizar que cada trabajador en un proyecto de construcción sea responsable de su actividad y tiempo. Todo lo cual redunda en un  aumento de la productividad y responsabilidad de los trabajadores a través de una programación ajustada y una planificación de equipos detallada.

Con este sistema cada equipo, contratista, subcontratista y obrero en un proyecto de construcción puede administrar su carga de trabajo y hacerse responsables del progreso de cada tarea individual, bajo la supervisión de  una persona a cargo  de controlar, verificar y administrar el progreso de cada etapa.

Una de las etapas más críticas de un proyecto tiene que ver con la planificación para  garantizar que cada persona en el sitio de construcción tenga los recursos necesarios para completar su parte. Problemas como que los materiales no lleguen a tiempo o no se tengan las herramientas adecuadas son algunas de las mayores limitaciones que enfrentan los proyectos de construcción. Por lo mismo, reportes diarios,  seguimientos semanales  y tener un registro acucioso de cada reunión de planificación ayuda a evitar imprevistos que puedan desviar un proyecto y retrasar el tiempo y el presupuesto.  Todo eso y más se consigue con LPS, por lo que se trata de una herramienta  eficaz y necesaria para optimizar la gestión en esta área.

En un proyecto de construcción cada detalle cuenta  y el control preciso de la mano de obra, así como la visualización de cada proceso para los equipos directivos,  son indispensables para la culminación exitosa de una obra.

Así, un buen sistema de gestión para la industria de la construcción debe basarse en esta metodología  que ayuda  a crear un plan maestro de producción para determinar un cronograma concreto y completo de todo el proyecto, a través de la definición de los principales hitos y objetivos del mismo, desde la evaluación del terreno hasta la inauguración.

 

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