Parte del desafío de acercar las tecnologías a las empresas en su día a día, es muchas veces hacer conciencia y cuestionar los distintos modelos o realidades que suelen establecerse como paradigmas, los cuales no representan algo negativo o positivo sino más bien parte de una realidad en el desarrollo tecnológico de las organizaciones en la Región.
Uno de estos paradigmas que más he podido encontrar al trabajar con diferentes empresas y universidades, es que al hablar de “Vigilancia Tecnológica” se suele quedar enmarcado en la propiedad intelectual y asociarse exclusivamente al monitoreo científico entorno a un producto tecnológico (o desarrollo de producto) y su mercado potencial, tales como las publicaciones, artículos, patentes o estudios de prospectiva; lo cual es correcto, pero para la dinámica actual de los negocios, pienso que se requiere flexibilizar más el concepto, para poder hacerlo más asequible a todas las empresas según su realidad.
Si contrastamos la perspectiva de hacer vigilancia tecnológica entorno a un producto o desarrollo tecnológico versus los actuales enfoques organizacionales de las empresas, las cuales hoy en día centran su adaptabilidad ya no alrededor del producto sino de las personas, encontraremos que esta es una primera razón para partir la vigilancia tecnológica ya no desde la tecnología misma sino desde exploración de las necesidades de las personas.
Sumado a lo anterior, debemos considerar que cerca del 90 % de todas las innovaciones en modelos de negocio que vemos hoy en día, son producto de nuevas combinaciones de otros modelos de negocio. Por tanto, el concepto de “modelo de negocio” es ahora un factor tan determinante para innovar en el mercado a partir de tecnologías que no se puede excluir incluso de un proceso de vigilancia.
Al hacer un ejercicio de vigilancia ya no se debería monitorear solamente las tipologías tradicionales de: Entorno, Competencia, Comercial y Tecnología sino la articulación misma de estos en el marco de los comportamientos de los modelos de negocio. El mismo Profesor Clay Christensen (Q.E.P.D), lo mencionaba: “La clave del éxito sostenido, es la innovación en los modelos de negocio”
Me refiero a aumentar el valor de los procesos de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva en las empresas, combinando el proceso tradicional, organizado y sistemático, con el monitoreo paralelo de: ¿cuáles son las propuestas de valor de los modelos del entorno?, ¿cómo se están entregando estas propuestas de valor?, ¿Quiénes la están recibiendo? y lo más importante ¿por qué el modelo de negocio es financieramente viable?, ¿Qué modelo lo está haciendo rentable?
Considerar en los procesos de vigilancia tecnológica el monitoreo de modelos de negocios, nos ha generado con nuestros clientes un aumento de valor para ellos, tanto a nivel de diseño de Estrategias con Empresas como a nivel de gestión de Transferencia Tecnológica en la Academia, puesto que representan una perspectiva de como realmente se está dinamizando las tecnologías e innovando en los mercados a partir de sus modelos de negocio
Cuanto más facilitemos la gestión con las tecnologías desde una mirada sistémica más las comprenderemos y aumentaremos su valor en nuestras organizaciones.
Equipo Prensa
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