Es indudable que las fuentes de emisión eléctrica desde ERNC en los últimos años han situado a Chile como un país privilegiado en cuanto al uso de la energía solar, no solo por las grandes extensiones del desierto, sino también gracias a la implementación de la Ley Netbilling, encargada de permitir que toda persona pueda vender sus excedentes de energía a las empresas distribuidoras y así hacerla cada vez más cercana a la ciudadanía.
A su vez, las empresas están cada vez optando con mayor frecuencia por la generación de energías renovables, con la cual se evita la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. En este escenario, los REC son certificados otorgados por certificadoras que validan que la empresa solicitante genera y/o está usando energía a partir de recursos renovables. El IREC, en tanto, es un certificador de energía renovable internacional, que se recomienda siguiendo los estándares del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero.
Actualmente, existen tres categorías de certificación. En primer lugar, los certificados blancos, que son otorgados para empresas que producen menor impacto ambiental y mayor eficiencia energética. La segunda, es la Compensación Voluntaria de Huella de Carbono, para a empresas que, voluntariamente, disminuyen sus emisiones de carbono. Y, finalmente está la Garantía de Origen, que corresponde a un certificado que asegura que la energía es producida en una central por energías renovables o cogeneración de alta eficiencia.
Hemos avanzado como país en generar un estándar de calidad y seguridad a través de la SEC, tanto para accesorios como para instalaciones en base a energía solar, eólicas o las que vengan en el futuro.
Por ejemplo, la certificación TE4 es muy nueva (declaración de puesta en servicio de generadoras residenciales), revisando todo el proyecto solar, cómo va instalado y qué componentes se están instalando, ya sea una planta o para una casa particular, que cumplan con las normas, en este caso en particular para energía solar. La creación de la TE4, donde está toda la línea solar, y todo lo nuevo que pueda ingresar como energía no convencional, es muy positivo, ya que la SEC puede certificar al personal instalador en calidad y conocimiento, con clases A, B y hasta qué potencia eléctrica cada profesional puede certificar tanto en plano como en instalación.
Desde nuestra vereda, y en nuestra labor dedicada a cambiar el paradigma de las torres de iluminación transformándolas de diésel a paneles fotovoltaicos, miramos con muy buenos ojos los actuales parámetros que ha desarrollado la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) para lograr una certificación acorde a los parámetros del siglo XXI. Además es importante que estas certificaciones tengan un incentivo como, por ejemplo, que la certificación entregue certeza y seguridad de la correcta instalación.
El mercado va creciendo y las empresas deben ir hacia la producción más limpia, y gracias a ello, el uso de energías renovables es cada vez más accesible. Por lo mismo, la certificación también es importante, ya que las empresas generadoras de energía en base a energías renovables evitamos que se emitan gases de efecto invernadero, siendo así un beneficio para el planeta.
Matías Vega, socio fundador de Be Energy
Equipo Prensa
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