Club de Innovación reunió a empresarios y académicos chilenos en viaje a Suecia
Capital social y colaboración entre la Academia e Industria, son algunos de los factores claves del ecosistema innovador sueco en el cual el Club de Innovación profundizó durante su última misión tecnológica, concluyendo que Suecia es una nación conectada a nivel de las personas, organizaciones y desde lo tecnológico.
En la búsqueda por generar nuevos lazos y alianzas de colaboración a largo plazo entre Chile y Suecia, el Club de Innovación -pronto a cumplir 15 años fomentando la innovación corporativa en nuestro país- concretó su séptima misión tecnológica, en la cual más de 20 representantes de la Academia e Industria tuvieron la oportunidad de recorrer y sostener exclusivas reuniones con centros de innovación y empresas suecas que han llevado la delantera innovando.
Tras visitar países como Estados Unidos (dos veces, Silicon Valley y Boston), Alemania, Japón, Francia e Inglaterra, la Tech Mission realizada durante el mes de junio, tuvo por destino las ciudades de Gotemburgo y Estocolmo, en Suecia, país que si bien cuenta con una población de sólo diez millones de habitantes, genera sobre el doble del Producto Interno Bruto per cápita en comparación a Chile (53 mil vs. 25 mil dólares PPP, al año 2017) y destaca por ser una de las veinte economías más grandes del mundo.
Asimismo, Suecia se encuentra muy bien posicionada en índices internacionales, alcanzando el 3° lugar en el Índice de Innovación Global 2018, y el 7° lugar en el Ranking de Competitividad 2017 – 2018, lo cual generó que representantes de las universidades de Chile, Adolfo Ibáñez, Federico Santa María y Andrés Bello, como también desde empresas, como Oxiquim, Melón, Aguas Andinas, Servipag, y Coopeuch, entre otras, se sumaran a esta intensa semana de viaje.
La denominada Tech Mission del Club de Innovación – que además contó por primera vez con participantes del Club de Innovación de Colombia – se llevó a cabo con el foco puesto en temáticas como Industria 4.0, ciudades del futuro, y tecnologías habilitantes, bajo el objetivo de empaparse de las mejores prácticas, y ampliar la visión de negocio frente a las nuevas tecnologías que están desarrollando desde el país europeo.
Para lograr este desafío, “nos sumergimos durante una semana en la frontera de innovación sueca, donde pudimos observar que todos los actores – empresas, startups, corporaciones, universidades, y el equivalente a Corfo – están conectados y enfocados en ser el centro de pilotaje del futuro, en la búsqueda de una ciudad inteligente que nos enseña como la internet de las cosas y la capacidad de manejar grandes cantidades de datos, cambia la gestión y eficiencia de las ciudades”, expresó Eduardo Bitrán, presidente del Club de Innovación, quien participó por segundo año consecutivo de la Tech Mission.
Los asistentes visitaron empresas y centros de innovación que han aportado para que Suecia se convirtiera actualmente en uno de los centros de TI globales. Ejemplo de ello es Mobility Xlab, iniciativa donde distintas empresas juntan fuerzas para explorar el futuro de la conectividad vehicular, buscando marcar el ejemplo en cuanto a lograr un país con movilidad y tecnología; o el caso de Lindholmen Science Park, un espacio para la colaboración y hogar de varios de los principales proyectos de desarrollo de Suecia, con un enfoque en la movilidad para el futuro.
“Durante la visita a Lindholmen Science Park, conocimos la maqueta de River City, el proyecto de desarrollo urbano más grande de la península escandinava, creando un centro verde, inteligente y amigable, además de haber sido co-creado con los ciudadanos”, expresó Renzo Pruzzo, organizador de la misión, y quien además dejó hace poco la gerencia general del Club de Innovación para asumir como integrante del directorio.
Suecia además destaca por ser el nuevo centro de startups, un foco que el Club de Innovación quiere abordar próximamente, logrando una mejor y mayor integración entre la academia y la industria. Según un informe de Creandum, de los 2.600 millones de euros que se generan provenientes de las exportaciones de empresas de tecnología nórdica, más de la mitad proviene sólo de Suecia. Entre las startups más exitosas se encuentran Spotify, Candy Crush, Minecraft mojang, Skype, Linux, Wrapp, Lifesum, Memeto, MySQL, y Trucaller.
“¿La pregunta es cómo nos estamos preparando para el tsunami que se viene?”, cuestiona Bitrán, quien asegura que “debemos estar sintonizados frente a los grandes desafíos que trae la transformación tecnológica. Para ello, Chile debe sofisticarse, diversificarse, eso requiere innovar y un cambio cultural, fomentado en el capital social, donde exista una base de confianza interpersonal”, plantea Bitrán, sobre el elemento que mide la OCDE, que alcanza un promedio de un 56% de personas que confían en el prójimo. Sin embargo, Suecia supera el 80%, mientras que Chile, Argentina y Colombia se mantienen entre un 13 y 15%.
Desde la academia, el decano de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, Carlos Jerez, aseguró que uno de los puntos clave del viaje “fue conocer cómo logran sinergias entre la academia, la sociedad y la industria, y cómo el mindset sueco lo absorbió de una forma muy natural, compartiendo sus conocimientos y desarrollando sus capacidades, algo que para nosotros parece un poco extraño y extraordinario”.
Asimismo, Salvador Flores, investigador del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile, valoró como uno de los principales elementos “el no limitarse a las posibilidades de un mercado interno, el cual ellos saben que es pequeño, es clave. Para ello generan los medios, desarrollan su capital social e institucionalizan los elementos que ayudan a que la colaboración ocurra de forma fluida, y escale rápidamente”.
Dentro de dichas herramientas, Rodrigo Ampuero, director de Wultu, valoró la plataforma tecnológica que Suecia posee para poder desarrollar productos que sean rápidamente aplicables a distintas industrias. “A diferencia de Chile, Suecia desarrolla plataformas y diseños tecnológicos mucho más abiertos, rápidamente comprables y adaptables por otras compañías”, expresó, precisando que además existe un trabajo en conjunto por parte de distintos actores quienes aportan desde la ideación de la plataforma.
En la misma línea, el nuevo gerente general del Club de Innovación, Sebastián Pilasi señala que para poder desarrollar dichas plataformas tecnológicas es necesario identificar desafíos comunes, transversales a algunas industrias, y que sean fuertemente empujadas por el sector privado, en coordinación con el Estado. “El 80% del financiamiento de las iniciativas que están siendo desarrolladas en Suecia provienen del sector privado y sólo el 20% del Estado”, a diferencia de Chile, donde el rol central del Estado es la coordinación más que el financiamiento.
Finalmente, Eduardo Bitrán, plantea que todo lo anterior no es factible, sin generar “una comunidad de propósito, con una visión compartida, con diálogo y consensos. Necesitamos un Estado que articule, catalice, y que tenga prioridades que concuerden con el sector privado, no un panorama cambiante que impida trabajar con perspectiva de largo plazo en el ecosistema de innovación”.
Asimismo agrega que, “la principal conclusión de la misión es que la existencia de una estrategia de innovación compartida por los diferentes actores de la sociedad con elevado capital son el principal activo que posee un país, especialmente en el contexto de la revolución tecnológica digital y el imperativo de sustentabilidad a nivel local y global”.
Camila Silva Galdames
Periodista
camila.silva@clubdeinnovacion.cl
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