Chile es un país abierto al mundo, con acuerdos internacionales robustos para el crecimiento de su economía y competitividad comercial. Y si bien las predicciones de los economistas para 2023 no son esperanzadoras, puede que se le dé un vuelco a la realidad a través del comercio internacional, pero esto implica estar preparados para los episodios del futuro.
Recientemente el país entró al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), también conocido como TPP-11. Acuerdo en el que los países miembros representaron en 2021 el 14,8% del intercambio comercial internacional, según la Subrei.
Esto sin duda sigue abriendo las puertas del país para atraer mayores oportunidades comerciales. Este aumento en la exportación e importación que trae consigo estos acuerdos genera presión en la infraestructura logística que deberá estar preparada para el aumento del volumen de la demanda.
Ya el país está trabajando en ello, sin embargo sigue siendo un desafío. Un ejemplo del avance es la ampliación del puerto de San Antonio, un proyecto que apunta a invertir 3.700 millones de dólares en la construcción de dos nuevos terminales con capacidad para transferir hasta 6 millones de TEU (término en inglés Twenty-foot Equivalent Unit, que significa Unidad Equivalente a Veinte Pies). En 2022 el San Antonio Terminal International (STI) movilizó una cifra de 1.092.776 de unidades.
El objetivo de esta inversión es ampliar la capacidad al doble de la actual y permitir la recalada de los buques de gran tamaño.
Si citamos las declaraciones del gerente general de Puerto San Antonio, Luis Knaak, la intención de las mejoras se traducen en un aporte de impulsar la política portuaria nacional y reactivar el desarrollo económico y social del país.
No dejar de invertir
Si bien habría que precisar si realmente funcionará el crecimiento de la demanda y oferta, la industria logística debe estar preparada para cumplir con las futuras necesidades. No se debe dejar de invertir en infraestructuras portuarias, aunque sean procesos con resultados a largo plazo.
Considero que hoy Chile está en una buena posición en lo que a infraestructuras se refiere, pero podría quedar atrás antes los demás países si en algún momento las inversiones de infraestructuras portuarias o aeroportuarias se detienen.
El país está próximo a contar con un corredor bioceánico que beneficiará a cuatro países, una expansión portuaria en el puerto de Valparaíso y la construcción de un tren que unirá la zona central, además de la extensión del puerto de San Antonio.
El gobierno también está consciente de ello. El presidente ha enfatizado la necesidad de invertir en infraestructuras que permitan descongestionar y facilitar la llegada a los puertos. Sumando la aplicación de nuevas tecnologías como 5G y fibra óptica que favorecerá a la mejora de las gestiones, predecir y medir los volúmenes de carga, así como facilitar la integración entre actores.
Equipo Prensa
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