Pese a las bromas que se pueden producir, este domingo 7 de abril se celebra el “Día Mundial del Pene”, fecha que se utiliza para celebrar la fertilidad, y a la vez para generar conciencia acerca de la práctica del sexo seguro, y prevenir enfermedades como el cáncer de próstata.

La celebración es una festividad sintoísta, proveniente de la ciudad de Komaki (Japón), conocida como Kanamara Matsuri (Festival del Falo de Acero), donde se talla un monumento de dos metros y medio en madera de ciprés, con forma de pene, el cual es cargado exclusivamente por hombres de 42 años de edad (considerada una edad apropiada de fertilidad, de acuerdo a la tradición).

De hecho, en nuestro país la conmemoración del aparato reproductor masculino, viene de la mano de un aspecto social, donde la Corporación Chilena contra el Cáncer de Próstata, busca seguir fomentando la necesidad de realizarse chequeos prostáticos preventivos desde los 50 años.

Felipe Balbontín, Urólogo y Presidente de la Corporación Chilena contra el Cáncer de Próstata, comenta que “en este tipo de conmemoraciones, es clave considerar el trasfondo serio de lograr prevenir enfermedades, tomando como prioridad realizarse exámenes de enfermedades como el cáncer de próstata, debido a que es una enfermedad que no presenta síntomas y que con el envejecimiento de la población se hace mucho más frecuente“

Pese a la prevención, actualmente existen tratamientos que destacan para tratar el cáncer de próstata, uno de ellos es la braquiterapia, que es una técnica que implica la colocación de fuentes radiactivas directamente dentro o cerca del tumor. Estas fuentes emiten radiación, que daña las células cancerosas y ayuda a reducir o eliminar el tumor.

“Los grandes beneficios de esta técnica, que está disponible en el GES, es que a diferencia de la radioterapia externa que se realiza en 35 sesiones diarias de lunes a viernes, la Braquiterapia se realiza en una sola sesión. La caída de la dosis de radiación fuera de la próstata es rápida por lo que los tejidos de alrededor reciben escasa o nulas dosis de radioterapia” comenta el Urólogo.

Además, los datos oficiales muestran que una cirugía presenta una probabilidad de impotencia sexual entre 50 y 70% e incontinencia de orina al menos durante 2-3 meses, a diferencia de la braquiterapia, que presenta una incidencia de impotencia sexual menor de 5% y ausencia de incontinencia urinaria.

Nivel de participación entre paciente y médico.

El cáncer de próstata cuenta con cuatro opciones de tratamiento curativo ampliamente respaldados por las distintas guías internacionales, prostatectomía radical, radioterapia externa, braquiterapia y seguimiento activo.

Estos enfrentamientos, aunque presentan resultados oncológicos similares, involucran procedimientos muy distintos, que van desde tratamientos invasivos hasta el seguimiento seriado con imágenes y biopsias postergando todo tratamiento activo. Por ejemplo, en el caso de la prostatectomía radical, donde la incontinencia urinaria es un efecto adverso más frecuente, o en la radioterapia externa síntomas rectales pueden afectar la calidad de vida en pacientes en seguimiento activo se han descrito síntomas de ansiedad en relación a la enfermedad.

“El régimen paternalista en el que un comité oncológico tome la decisión (muchas veces por intereses propios de las aseguradoras o de los centros de atención más que el interés del paciente), es un aspecto que en los que países desarrollados han tomado conciencia y se ha optado por una toma de decisión compartida entre el paciente y el médico” asegura Felipe Balbontín, quien está trabajando en el proyecto de investigación sobre la temática.

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