Chile

¿Imaginas entrar al estadio sin mostrar entradas, sin filas eternas, sin empujones ni caos y en total seguridad?  Para miles de hinchas en Latinoamérica, ese ideal está más cerca de lo que parece gracias al avance del reconocimiento facial. La tecnología biométrica no solo promete revolucionar el control de acceso; también apunta a transformar radicalmente la experiencia de los fanáticos del deporte.

La discusión sobre los métodos de ingreso a los estadios en Chile se reactivó hace unas semanas tras la muerte de dos hinchas en la previa del partido entre Colo Colo y Fortaleza por Copa Libertadores. Tras los hechos, el gobierno anunció el fin del programa Estadio Seguro -cuestionado por su ineficacia- y la biometría -una tecnología hasta ahora utilizada comúnmente en servicios financieros, aeropuertos o telecomunicaciones- empezó a tomar protagonismo.

Hoy, para muchos fanáticos, ingresar a un estadio implica largas filas, demoras, controles manuales que generan tensión, y el riesgo de que haya incidentes en los accesos. “La implementación de reconocimiento facial cambiaría completamente esa experiencia”, afirma Alberto Juárez, vicepresidente de Digital ID & Trust de Sovos.

Con la biometría facial, el acceso a los estadios se vuelve tan simple como caminar: el sistema identifica al hincha en segundos, sin necesidad de presentar entradas, ni documentos. Basta con acercarse a un punto de control para que el sistema verifique su identidad en tiempo real.

Menos tiempo en la fila, más tiempo en la cancha

El potencial de esta tecnología en los estadios es enorme: se eliminan tiempos muertos, se descongestionan los accesos y se reduce la posibilidad de incidentes. Pero, además, dado que cada ticket puede asociarse a un dato biométrico único -como el rostro- impide que una entrada sea revendida, falsificada o usada por otra persona.

“Esto cierra la puerta a la suplantación de identidad, combate la reventa ilegal y refuerza la seguridad dentro y fuera del estadio”, explica Juárez.

La biometría, además, permite detectar en segundos a personas con prohibición de ingreso. Esto se traduce en mayor seguridad y tranquilidad para los asistentes, que valoran saber que su bienestar es una prioridad para los organizadores.

¿Qué dice la experiencia internacional?

En países como Brasil, esta tecnología ha cambiado la forma de ver el fútbol. El estadio Allianz Parque del club deportivo Palmeiras se convirtió en 2023 en el primer equipo en el mundo en implementar biometría en el 100% de sus accesos. Hoy, este recinto deportivo es considerado una auténtica fortaleza, posicionándose como un referente regional en materia de seguridad en recintos deportivos.

La incorporación de reconocimiento facial en los accesos del Allianz Parque no solo ha permitido agilizar el ingreso de los asistentes; también ha sido clave para eliminar la reventa ilegal de entradas, una práctica que en Brasil podía llegar a representar hasta el 40% del total de tickets. 

Asimismo, ha permitido en algunos casos la identificación y captura de personas con órdenes de arresto vigentes, facilitando la labor de las autoridades y reforzando el control en espacios de alta concurrencia. 

El piloto del Santa Laura

En Chile, el primer acercamiento a la biometría en recintos deportivos se produjo en 2023, en un ejercicio discreto pero revelador. El debut no fue masivo ni mediático, pero sí significativo: el Estadio Santa Laura fue escenario del primer plan piloto, en un partido disputado sin público general donde 250 personas -previamente acreditadas- ingresaron vía reconocimiento facial. La prueba, aunque en condiciones controladas, ofreció una mirada clara a las posibilidades que abre esta tecnología. 

Pese a los resultados positivos de este y otros ensayos en la región, el despliegue global del reconocimiento facial en estadios avanza con cautela. La principal barrera es el costo inicial de implementación, que para muchos clubes o recintos puede ser elevado. También hay vacíos normativos que generan dudas legales sobre el uso de datos biométricos.

Sumado a esto, la desinformación también juega su papel, ya que existe temor o incertidumbre sobre el uso que se le darán a esos datos biométricos: “Persiste el temor a ser vigilado o la falta de comprensión sobre cómo se protegen los datos. Sin educación clara y reglas firmes, esa percepción puede frenar la adopción masiva”, advierte el experto.

Paso a paso, como en los aeropuertos

La clave, está en la implementación progresiva. “La mejor estrategia sería que el sistema biométrico conviva inicialmente con el método manual de acceso, como sucede hoy en muchos aeropuertos con el sistema de Migraciones Express”, afirma Juárez.

Esta modalidad permitiría a los hinchas elegir el acceso tradicional o una vía rápida mediante reconocimiento facial. En la práctica, serían los propios usuarios quienes terminarían validando la tecnología al experimentar sus ventajas: menos espera, más comodidad y un ingreso fluido.

Una vez superada la fase de adaptación, y comprobados sus beneficios, la biometría podría convertirse en el nuevo estándar de acceso. No solo como medida de seguridad, sino como parte de una experiencia más moderna, confiable y a la altura de lo que el fútbol -y sus hinchas- merecen.

 

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