• Por Diego Macor, Gerente de Ciberseguridad para IBM Suramérica

El año pasado vivimos un “boom digital”. Un pandemia global inesperada nos llevó a migrar nuestras  actividades diarias hacia el mundo online. Adoptamos nuevos productos y servicios para trabajar, para interactuar con otros, hacer compras y relacionarnos con las empresas desde la comodidad de nuestro hogar. Las compañías también vivieron un proceso similar. Tuvieron que habilitar su fuerza laboral para trabajar de forma remota, mientras acondicionaban experiencias digitales para nosotros, sus clientes.

Un nuevo estudio global de IBM encontró que la dependencia de los consumidores de los canales digitales aumentó significativamente durante la pandemia. Sin embargo, este cambio drástico hacia lo digital también generó “efectos secundarios” en la seguridad. El estudio también reveló que las preferencias por la conveniencia a menudo restan importancia a las preocupaciones de ciberseguridad y privacidad de datos, derivando en comportamientos laxos en esta área.

¿Cuáles fueron algunos de los efectos secundarios de este boom digital?

Continuidad del impacto digital: en promedio, las personas encuestadas crearon 14 nuevas cuentas en línea durante la pandemia, pero el 51% reporta que no planea eliminar o desactivar ninguna de ellas. Con una huella digital más amplia, hay una mayor superficie de ataque para los ciberdelincuentes.

La fatiga de las contraseñas: el 84%  de las personas encuestadas reutiliza las credenciales en varias de sus cuentas. Esto significa que muchas de las cuentas creadas probablemente se basaron en combinaciones de e-mail y contraseñas que ya podrían haber estado expuestas a cibercriminales través de filtraciones de datos en el pasado.

La comodidad a menudo pesó más que la seguridad y la privacidad: Casi la mitad (45%) de los millennials encuestados preferiría realizar un pedido mediante una aplicación o sitio web potencialmente inseguro en lugar de llamar o ir a una ubicación física en persona. De esta manera, la carga de la seguridad para evitar el fraude recae aún más en las empresas.

Para seguir aprovechando la conveniencia de las interacciones digitales, se deben tomar medidas para proteger la seguridad y privacidad propia. Considerando cómo nuestras acciones inciden en el panorama de seguridad actual y futuro, agregar pequeños pasos adicionales puede ahorrarnos dolores de cabeza. IBM Security recomienda estas cinco formas sencillas para mejorar nuestra ciberseguridad hoy mismo:

 

  • Utilizar un administrador de contraseñas. En lugar de intentar memorizar varias contraseñas o almacenarlas de forma insegura en una libreta o en el teléfono, se pueden usar estas aplicaciones que no sólo generan contraseñas seguras, sino que también, guardan información de las cuentas para cada sitio web donde nos hemos registrado y no requiere que las memoricemos.

 

  • Incluir opciones de seguridad para cada una de las cuentas. Además de asegurarse que las credenciales de acceso (e-mail y contraseña) son diferentes en cada una de las cuentas, habilitar la autenticación de dos pasos o múltiples factores (MFA) como la huella dactilar o identificación por voz, agrega una capa de seguridad extra a las aplicaciones.

  • Configurar un app de autenticación. En lugar de identificarse con un código que llega al e-mail o por mensaje de texto, instale una aplicación de autenticación. Estas apps generan un código utilizando un algoritmo único que asignan a su teléfono al instalar la aplicación, lo que significa que solo su dispositivo físico tiene los códigos y es más difícil de interceptar.

  • Limpiar el teléfono celular. Se recomienda inventariar las apps y desactivar aquellas que no se utilizan regularmente o tienen controles de seguridad y privacidad cuestionables. Prestar atención a los permisos de privacidad que se solicitan en las apps y considere si necesita aceptar estos permisos para utilizarlas de forma eficaz. Recuerde que eliminar la app no elimina la cuenta.

 

  • Mentir en las preguntas de restablecimiento de contraseña. A menudo, los ciberatacantes pueden obtener información en redes sociales que la mayoría de la gente usaría para restablecer sus contraseñas, como el apellido de la madre, nombre de la mascota o de la escuela secundaria, etc. Pero si mentimos en esas preguntas de seguridad, el ciberatacante no puede adivinarlas.

Dada la cantidad de información con la que interactuamos a través de nuestras cuentas y aplicaciones, es clave que tanto las personas como las empresas aumentemos nuestro conocimiento sobre los tipos de ciberamenazas y los hábitos digitales inteligentes para protegernos efectivamente.

Para ver el informe completo visite: http://ibm.biz/IBMSecurity_ConsumerSurvey

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