Por Carlos Sepúlveda, Gerente de Inversiones de BICE Vida

La jubilación es una etapa crucial en la vida financiera de una persona, donde la estabilidad y la seguridad económica se vuelven primordiales. En este contexto, estructurar adecuadamente la estrategia de gestión de inversiones y financiera puede marcar la diferencia entre una jubilación tranquila y una llena de preocupaciones. 

Una de las principales diferencias en la planificación financiera durante la jubilación es el cambio de enfoque: de la acumulación de riqueza a la preservación del capital. La prioridad ya no es aumentar el patrimonio, sino asegurarse de que éste dure lo suficiente para cubrir las necesidades futuras. 

Al planificar la jubilación, es crucial considerar una serie de variables que influirán en la estrategia financiera. Primero, la edad y la esperanza de vida son fundamentales para planificar los retiros y la duración del portafolio. La inflación es otra variable crítica, ya que puede erosionar el poder adquisitivo de los ingresos fijos a lo largo del tiempo. Así también, el estado de salud y los posibles gastos médicos futuros son factores que no se pueden ignorar. Evaluar la existencia de seguros de salud o la necesidad de cuidados a largo plazo puede prevenir problemas financieros significativos en el futuro. 

También es vital revisar la situación financiera actual, incluyendo ahorros, inversiones, deudas y propiedades. Esto proporciona una imagen clara de la posición financiera y ayuda a identificar qué ajustes son necesarios. Además, es importante identificar todas las fuentes de ingresos, como pensiones, beneficios sociales y rentas de propiedades. 

Las decisiones de inversión y ahorro en la jubilación responden a condiciones muy particulares y es complejo hacer una recomendación para el “inversionista promedio” pero hay algunos principios que tienden a ser aplicables de manera transversal:

  • Diversificación del Portafolio: Una mezcla de renta fija de alta calidad, fondos de corto plazo y una pequeña porción en acciones puede proporcionar estabilidad y crecimiento moderado para combatir la inflación.
  • Ingresos Fijos: Las rentas vitalicias se transforman como un ancla natural en la cartera de inversiones al momento de jubilar, generando un ingreso estable, predecible e indexado a la inflación. Para los inversionistas que dispongan de un patrimonio superior, la inversión en renta inmobiliaria o rentas privadas puede ser un complemento de lo anterior, pero siempre pensando en activos de alta calidad y que sean fácilmente liquidables.
  • Seguros y Salud: Asegurarse de contar con un buen seguro de salud y dependiendo la situación considerar un seguro de cuidados a largo plazo para cubrir gastos médicos imprevistos.
  • Ajustes en el estilo de vida: adaptar el estilo de vida a los ingresos disponibles, priorizando gastos esenciales y buscando maneras de reducir gastos superfluos, aunque siempre considerando espacios y ahorros para actividades recreativas.

La planificación financiera para jubilados debe centrarse en la preservación del capital, la generación de ingresos estables y la gestión de riesgos o situaciones inesperadas. Cada grupo de jubilados enfrenta desafíos únicos y debe ajustar su estrategia en consecuencia. Sin embargo, revisar periódicamente el plan financiero y ajustar las estrategias según cambian las circunstancias y necesidades es fundamental para asegurar una jubilación tranquila y estable.

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