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Por Darío Poblete H., Coach de Negocios y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez

Seguramente si usted está pronto a emprender o bien ya cuenta con un par de años funcionando en su negocio y un externo a ella le pregunta respecto a la VISION y MISION de la empresa, usted como la mayoría de los equipos emprendedores, le parecerá curioso o una pérdida de tiempo entrar en temas más bien académicos, considerando que materias como la propuesta de valor, canales de comercialización y financiamiento, son urgencias más que relevantes para alcanzar factibilidad financiera y superar el ansiado punto de equilibrio entre ingresos y gastos. Por cierto, podemos estar de acuerdo en general, pero uno de los grandes requisitos al momento de emprender, es tener claridad sobre lo que en Coaching de Negocios llamamos “Dominio del Destino”, o bien el habitualmente utilizado término “hacia dónde vamos”.

Definiciones para ambos conceptos (Visión y Misión) está plasmado en las redes y literatura, pero en particular me puedo referir brevemente sobre cada uno.

Pues bien, la Visión es la tarea más importante que debe hacer todo dueño de negocio: ¡definir su sueño y ponerlo en acción!. La Visión es la meta de largo plazo de tu negocio, y por largo plazo puede ser 100 años.  Debe visualizar su negocio como un producto terminado, es la “Intención Estratégica” sobre el diseño del negocio, se debe considerar el objetivo final. Una vez definida, le invito a realizar un breve “test de blancura” sobre ella: ¿Se orienta a dejar un legado?, ¿Inspira?, ¿Despierta Pasión?, ¿Es lo suficientemente atractiva?, ¿Podrá cambiar al mundo?, ¿Exige salir de la zona “confort”? 

Por su parte, la Misión es cómo se va a lograr la Visión. Realista, increíble y atractiva descripción de su organización ideal. Es un enunciado cuidadosamente formulado de intenciones que definen cómo su negocio se mantendrá e incrementará la ventaja competitiva, y como el negocio tratará a otros negocios y a las personas que tengan contacto con ella. En la Misión es importante incluir preguntas como: ¿Quiénes somos?, ¿a qué nos dedicamos?, ¿a quién ayudamos o atendemos?, ¿cómo lo hacemos? y ¿con qué finalidad?. Similar a la Visión, en la Misión también podemos aplicar un “test de blancura” antes de dar a conocer: ¿Es orientada a futuro?, ¿Conduce a un futuro mejor para la organización?, ¿Es consistente con los valores de la organización?, ¿Establece estándares de excelencia?, ¿Aclara los objetivos y dirección?, ¿Inspira entusiasmo y alienta al compromiso?, ¿Pone a la empresa fuera de la competencia?, ¿Es lo suficientemente ambiciosa?, ¿Estoy emocionado con la Misión?

La importancia de definir la Visión y la Misión, desde mi rol de Coach de Negocios y Mentor, he observado diversos efectos positivos:

1.- Disminución de la rotación en el personal. El sentimiento de pertenencia crece por la claridad de un propósito bien definido en la organización.

2.- Mejora el clima laboral. Los fundadores o líderes actúan diariamente inspirados y alineados con la Visión y Misión.

3.- Permite la definición de los valores en la organización. Dichos valores (no más de 14) definen el actuar de los colaboradores.

4.- Incrementa el salario emocional. Si bien es importante el sueldo y recompensas monetarias, las nuevas generaciones reconocen gran importancia al propósito de la organización y como se relaciona con su entorno.

5.- Actúa como un “filtro” adicional en la selección de personal. Presentar la Visión y Misión de la organización a grupos reclutados para determinados cargos, entrega una descripción clara a los postulantes sobre la empresa y su actuar.

No obstante lo anterior, y antes de proceder con la definición de la Visión y Misión de un nuevo emprendimiento o empresa ya en operaciones, siempre invito a nuestros Coachees (fundadores) a realizar un trabajo personal de reflexión, donde definan claramente y por escrito, que desean “tener” a futuro (no importa el plazo), por cierto relacionado principalmente con bienes materiales y estilo de vida. Una vez definido es necesario definir “que deben hacer” para cumplir con dichos objetivos, muy relacionado a trabajo, logros, capacitación, entre otros. Y, por último, un concepto no usualmente trabajado, definir el “Ser”, en quién se debe convertir para lograr los objetivos, qué hábitos debo modificar, emociones que debo manejar, roles que debe asumir, entre otros.

Finalmente, planteo el ejercicio denominado «Ser x hacer = tener». La importancia de esta reflexión es crucial, una vez realizado, es posible alinear los propios deseos y anhelos, con la Visión y Misión del negocio que está creando. Al estar alineados, el resultado será el motor fundamental para alcanzar la escalabilidad y crecimiento del negocio, la PASIÓN del equipo fundador y la motivación de los futuros colaboradores.

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