- Conversatorio «Confiabilidad y resiliencia del sistema eléctrico nacional», organizado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI en colaboración con la Facultad de Derecho, reunió a líderes del ecosistema para abordar los desafíos del sistema eléctrico tras el reciente apagón nacional.
El reciente apagón nacional del 25 de febrero fue el punto de partida para el conversatorio «Confiabilidad y resiliencia del sistema eléctrico nacional», organizado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI en colaboración con la Facultad de Derecho. En el evento, expertos del sector energético debatieron sobre las causas del fallo, el estado actual del sistema eléctrico chileno y los desafíos regulatorios para su fortalecimiento.
El panel contó con la participación de Vivianne Blanlot, economista y exministra de Defensa; Rodrigo Castillo, abogado y director académico del Magíster en Regulación de la UAI; Daniel Olivares, director de Ingeniería Civil en Energía de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI; Claudia Rahmann, directora del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile; y Claudio Seebach, decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, quien moderó la discusión.
Para Vivianne Blanlot, lo ocurrido el 25 de febrero no fue una falla de infraestructura, sino de los sistemas de control, comunicación e información, puesto que “falló el sistema del transmisor. Falló la posibilidad de que se comunicaran en forma efectiva y rápida de los distintos operadores con el transmisor», señala. Además, enfatizó que los problemas detectados en la coordinación del sistema ya habían sido advertidos: «Hace cuatro años se hicieron recomendaciones para mejorar la gestión del sistema y la mayor parte de ellas no se han hecho”.
Rodrigo Castillo coincidió en la falta de aplicación de normativas y enfatizó la necesidad de una fiscalización más estricta: “Los incumplimientos normativos, en sí mismos y aun cuando no haya un nexo causal con las fallas, deben ser fiscalizados y sancionados. El hecho de que, desde 2018, existieran mejoras pendientes en esta línea, que fueran instruidas en 2019 y que en 2025 aún no se hayan implementado, es algo que debe ser investigado. Y, de comprobarse un incumplimiento normativo, corresponde sancionarlo”, precisó el abogado. También señaló que la crisis climática está transformando lo que antes eran eventos de baja ocurrencia en fenómenos cada vez más frecuentes y predecibles.
La transición energética y la confiabilidad del sistema
Daniel Olivares destacó que la transición energética es un proceso complejo que inevitablemente enfrentará fallas. «El sistema eléctrico fallará cada una o dos décadas porque así es su dinámica: crece con cambios tecnológicos, se expande con optimismo y que después se esperan porque ocurren eventos como los que acaban de ocurrir hace algunos días”. Sin embargo, advirtió que lo importante no es evitar fallas, sino reducir su impacto y mejorar la capacidad de recuperación del sistema.
Desde una perspectiva técnica, Claudia Rahmann destacó que el sistema eléctrico chileno enfrenta desafíos únicos a nivel mundial debido a su geografía y altos niveles de energías renovables. A diferencia de los países europeos, donde las redes son más robustas y enmalladas, en Chile cualquier falla puede generar efectos mucho más críticos.
“Estamos viviendo niveles de energías renovables que el resto del mundo no tiene. Porque si hablamos de los países europeos, ellos son un sistema muy grande, muy robusto, muy enmallado y cualquier problema como esto a ellos no les repercute. O sea, es como quizás se corta la luz en un área, pero no va a generar el caos que genera el caso de un sistema eléctrico como el nuestro, aislado de más de 3000 kilómetros de largo”, explicó Claudia.
Finalmente, Claudio Seebach destacó la importancia de aprender de la experiencia internacional y evaluar los tiempos de respuesta ante fallas del sistema eléctrico. “Nosotros tenemos que aprender de la experiencia comparada. Yo estudié en estos días varios de los casos: el noreste de Estados Unidos, el apagón argentino, el apagón en Italia hace 15 o 20 años atrás, y muchos de ellos los tiempos de reposición variaron entre 3 a 14 horas. Entonces, la pregunta es si lo que vivimos aquí en Chile fue un tiempo de reposición excesivo o no”.
Además, enfatizó que es fundamental fortalecer la capacidad de respuesta del sistema eléctrico, considerando que las fallas son inevitables y que la clave está en minimizar su impacto y garantizar una recuperación rápida y eficiente. En este sentido, subrayó que la colaboración entre el sector público, privado y académico es esencial para diseñar un sistema más robusto y resiliente ante futuros eventos críticos.