Por Jorge Martinez, Regional Sales Manager de Genetec.
La creación del Ministerio de Seguridad Pública en Chile marcó un hito en la lucha contra la delincuencia y la protección de los ciudadanos, en un contexto donde la criminalidad avanza con rapidez, equipándose con herramientas tecnológicas de última generación. Por esta razón es fundamental que el sector público evolucione también en su capacidad de respuesta para adelantarse a los grupos criminales y se mantenga actualizado para garantizar la seguridad de todos.
La delincuencia organizada ha sabido adaptarse rápidamente, utilizando métodos como los inhibidores de señal para bloquear comunicaciones de seguridad, sistemas de hackeo para vulnerar infraestructuras y hasta herramientas de inteligencia artificial para eludir detecciones. Frente a esto, la respuesta del Estado debe ser igual de ágil y sofisticada.
Recientemente, el Ministerio oficializó la designación de sus nuevos secretarios regionales ministeriales (seremis), quienes asumen sus funciones tras semanas de preparación iniciadas en abril, cuando se estableció oficialmente la cartera liderada por el ministro Luis Cordero.
Por esta razón, es fundamental que el sector público evolucione también en su capacidad de respuesta para adelantarse a los grupos criminales y se mantenga actualizado para garantizar la seguridad de todos.
Para que este nuevo ministerio sea realmente efectivo, debe basarse en un enfoque de colaboración permanente entre el sector público y privado. La seguridad ya no es una tarea exclusiva de las fuerzas policiales o del gobierno; requiere la integración de soluciones innovadoras, análisis de datos y el uso estratégico de la tecnología.
Ejemplos exitosos de este enfoque ya existen. Uno de ellos es el proyecto SITIA, desarrollado en conjunto con la Subsecretaría de Prevención del Delito. Esta plataforma que integra datos e inteligencia artificial para analizar patrones criminales y anticiparse a delitos, permite una toma de decisiones basada en evidencia. Otro ejemplo es la integración de cámaras a través de los Gobiernos Regionales, como el Metropolitano, en su sala CEGIR, que ya está en operación y permite una mejor gestión de la seguridad mediante la centralización de información y monitoreo en tiempo real.
Este tipo de soluciones demuestran que la tecnología no debe ser vista tan solo como un desafío, sino como una aliada clave en la lucha contra la prevención, identificación y persecución de la delincuencia.
El desafío que enfrenta Chile en materia de seguridad es inmenso, pero con una visión moderna y un compromiso transversal entre el sector público y privado, es posible avanzar. La inteligencia artificial, la analítica predictiva y el desarrollo de sistemas de respuesta más eficientes son solo algunos de los elementos que pueden marcar la diferencia. La creación del Ministerio de Seguridad Pública es un primer paso crucial, pero su éxito dependerá de la capacidad del Estado para mantenerse un paso adelante en esta carrera tecnológica contra el crimen.