Aunque durante mucho tiempo se pensó que la inteligencia artificial venía a reemplazar al ser humano, la realidad ha demostrado ser muy distinta. Hoy, esta tecnología está ayudando a las personas a enfocarse en tareas de mayor valor, impulsando su creatividad y productividad.
Una encuesta global realizada por Hanover Research a más de 2.500 trabajadores en 22 países, reveló que el 93% considera que la IA les permitirá dedicar más tiempo a responsabilidades estratégicas. Además, el 83% cree que esta herramienta será un impulso para la creatividad humana en lugar de una amenaza.
Por otro lado, cifras de Grand View Research muestran que la inteligencia artificial está creciendo a una tasa anual del 37,7%, lo que da cuenta de su acelerada adopción a nivel mundial. Este crecimiento se explica, en parte, por los beneficios concretos que ya ofrece: automatización de tareas repetitivas, reducción de errores y una importante optimización del tiempo.
“Pasamos de procesos que antes requerían horas, como la revisión manual de documentos, a soluciones que se resuelven en minutos gracias a agentes inteligentes”, explica Carlos Uribe, subgerente de Innovación Empresarial en Zenta Group.
“Lo que debemos entender, es que la IA no puede imitar capacidades como la intuición o la creatividad. Su mayor potencial está en automatizar lo repetitivo y facilitar el acceso a información útil, pero las decisiones clave seguirán requiriendo criterio humano”. añade Uribe.
En sectores como el retail, esta transformación ya es evidente. Las empresas del rubro han sido de las primeras en adoptar estas soluciones, utilizando inteligencia artificial para tareas como la actualización automática de precios, la personalización de ofertas según el perfil del cliente, e incluso el análisis del comportamiento de los consumidores en tiendas físicas, mediante tecnologías de reconocimiento facial y lectura de emociones.
Pese a estos avances, todavía hay cierta resistencia a integrar agentes inteligentes en los equipos de trabajo. “Existe un temor extendido, especialmente entre quienes creen que la IA terminará haciendo su trabajo. Pero para que estas herramientas realmente agreguen valor, es indispensable contar con una base tecnológica sólida, datos confiables y una visión clara sobre el rol que deben cumplir”, concluye el experto de Zenta.